Dingboche, abril del 2008 (4.300 metros).

Recogido en la ladera, en las faldas de la cara oeste del Ama Dablam, que surge hacia el cielo como una expresión de belleza de la naturaleza, aquí, en Dingboche, con la gigantesca barrera del Lhatse hacia el norte, con la referencia de altura previa del Island Peak (6.189), se divisa un pueblecito con multitud de pequeñas parcelas divididas por muros de piedra donde se cultivan patatas y coles. En este pequeño pueblo descansamos apenas varios días, con nuestros amigos sherpas, antes de subir, por fin, al campo base del Everest.

Ha sido como una segunda despedida que, desde luego, nos deja algo tristes, pero que nos mete y nos concentra definitivamente en el trabajo que nos queda por hacer.

El grupo de cordobeses que ha participado en este trekking que termina ha descubierto un marco incomparable y único en el mundo, el Himalaya y sus gentes.

La subida al Island Peak, mucho más dura y peligrosa que en otras ocasiones que la ascendimos, les ha dado, además, un grado superior de vivencia y compromiso con las montañas. No importa cuántos consiguieran la cumbre, solo atreverse, intentarlo, les ha supuesto mucho más de lo que ellos esperaban y, sin duda, será un recuerdo para siempre, un gran recuerdo, que se traen de camino hacia Córdoba.

Nuestra ascensión será definitivamente por la ruta sur, original de la primera ascensión (Hillary-Tenzing) del 53.

Al parecer, no habrá más limitaciones que la de no pasar del campo 2 (6.400 metros) entre el 1 y el 10 de mayo. Más o menos lo que estaba previsto en la hoja de ruta, y que nos adaptaremos diseñando una estrategia de subida teniendo en cuenta estas condiciones.

El reto sigue en pie. Córdoba hacia la cumbre del Everest está ya en marcha.