"Estoy muy bien donde estoy y muy bien con quien estoy". Es el galimatías con el que respondió ayer la consejera de la Presidencia y portavoz del Gobierno, Mar Moreno, preguntada sobre si la crisis del PSOE de Jaén ha pasado facturas a sus relaciones con la ejecutiva regional del partido y por ende con el presidente y secretario general, José Antonio Griñán. Moreno respondió con firmeza ante los numerosos rumores que desde el día anterior apuntaban a un conflicto entre la número dos del Gobierno y Griñán de tal magnitud que podría desembocar en su dimisión.

Fuentes socialistas de la ejecutiva regional y del entorno más próximo a Moreno insistieron en que esa fractura no existe aunque crece la pugna abierta en la provincia de Jaén, donde los socialistas llevan años divididos entre los partidarios del que todavía es presidente del partido y hombre fuerte, Gaspar Zarrías, y los seguidores de Mar Moreno. El último conflicto se llevó ayer por delante a la exalcaldesa Carmen Peñalver, afín a Moreno, que anunció su dimisión y su retirada de la política después de que se constituyera una gestora que la apeó de la dirección local del PSOE. En total han dimitido 15 de los 38 miembros de su ejecutiva.

Preguntada sobre este asunto en el Consejo de Gobierno, la consejera se limitó a apuntar: "Somos muchos los que en Jaén y fuera de Jaén pensamos que facturas internas de este tipo hacen el partido más pequeño". Y ensalzó a Peñalver como "un ejemplo de coherencia, de valentía y de responsabilidad".

Los hechos se remontan a dos lunes atrás, en plena resaca tras el 20N. Griñán se reunió con sus secretarios provinciales e hizo una llamada a la unidad. Esa misma noche el secretario provincial del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, anunció en una reunión del partido que se crearía una gestora para dirigir el partido en la capital.