Uno de sus cuadros refleja el salón del trono de Medina Azahara, "y si te fijas, contiene tierra verdadera, del mismo entorno del palacio califal". Y es que, en la obra de Rafael Lozano, los materiales son tan importantes como la inspiración.

Este pintor ceramista de 55 años, de Córdoba, y formado en la escuela de artes Mateo Inurria, ha desarrollado durante años un estilo muy personal a base de unir técnicas aprendidas con las habilidades de su propio talento creador. Sus obras son como cordobanes donde la cerámica ha sustituido al cuero. Y Córdoba, la romana, la mora y la cristiana, es su inspiración.

Estos días, expone parte de su trabajo en la cafetería Carabel, donde sus cuadros son admirados por propios y estraños. Sin embargo, Rafael lamenta que no siempre se valora su trabajo como es debido. "Ten en cuenta que además del esfuerzo, no puede haber un fallo ni en la ejecución ni en la posterior cocción". Así, cada parte del proceso es un arte en sí mismo. Pero Rafael Lozano no solo se ha especializado en motivos cordobeses, otra de sus líneas de su trabajo está en los escudos heráldicos. Los realiza por encargo y cada uno requiere una amplia documentación.

Como artista, también se permite ciertos guiños, de forma que en muchas de sus obras, asomadas a un balcón en un paisaje o entre los personajes de un cuadro costumbrista, suelen aparecer su mujer y su hija, sus otras grandes pasiones.