A partir de enero la Junta comenzará a aplicar una nueva fórmula para recortar su factura farmacéutica y que consistirá en adjudicar por concurso a los laboratorios los genéricos que deberán dispensarse en las farmacias y que prescriben los médicos de atención primaria. Normalmente cada genérico lo comercializan varios laboratorios. Desde enero y para determinados grupos de medicamentos, los farmacéuticos no podrán darle al paciente el que quieran sino el que haya ganado el concurso público del SAS, que se resolverá por dos años. La consejera de Salud, María Jesús Montero, informó ayer al término del Consejo de Gobierno del Decreto-Ley de Medidas Urgentes en Farmacia que deberá ser convalidado por el Parlamento y que Salud prevé que entre en vigor en un mes, con un ahorro anual estimado de entre "40 y 200 millones de euros".

Es una medida polémica, que cuenta con el rechazo de los farmacéuticos y de los laboratorios (han amagado con recurrirla) y que está en el límite de las competencias de la comunidad, ya que solo el Estado puede intervenir en el precio de los medicamentos. La Junta insistió ayer en que "no afecta a los márgenes de las oficinas de farmacias ni de la distribución" sino más bien a los ingresos de grandes multinacionales que en la mayoría de los casos, según Montero, tienen su sede fuera de España. El ahorro no proviene de que la competencia obligue a los laboratorios a bajar sus precios para llevarse la adjudicación --hay unos precios tasados por el ministerio que no pueden disminuirse-- sino de que el fabricante que gana el concurso se compromete con el SAS a una serie de "mejoras" o "contraprestaciones", que pueden ser desde la compra de tecnología para los hospitales o aportaciones económicas directas, informó Salud. Cada adjudicación puede regular esas contraprestaciones.

Es una medida que podría incluir importantes ahorros en el Sistema Andaluz de Salud. Esta subasta de medicamentos aspira a seguir profundizando en el recorte de la factura de farmacia que copa el 22% del gasto sanitario de la Junta, unos 2.500 millones de euros. Dentro de la media española (21,4%) pero aún muy por encima de la media de los países de la OCDE, donde el gasto en medicamentos no sobrepasa el 7% del total de la sanidad.

Desde 2001, Andalucía es pionera en la prescripción de genéricos. Una apuesta que ahora empiezan a tramitar otras comunidades y que en el SAS --gracias a "al compromiso de los médicos de atención primaria", destacó ayer Montero-- alcanza ya al 88% de las recetas. Casi nueve de cada diez recetas prescriben principios activos, con un ahorro, según Salud, de mil millones de euros en la última década. La nueva medida no afectará al médico, que seguirá recetando igual, ni al paciente, sino sobre todo a las farmacias que no podrán dispensar el genérico que quieran sino el del laboratorio concreto que gane el concurso público de la Junta.

FARMACOS MAS CONSUMIDOS Se empezará en enero con tres de los medicamentos más consumidos: los protectores gástricos (omeoprazol), de los que se consumen anualmente en Andalucía medicamentos por valor de 97,5 millones de euros; las estatinas, utilizadas para reducir el colesterol (91 millones) y los inhibidores de la agregación plaquetaria, para prevenir coágulos y disminuir el riesgo de infarto e ictus (47 millones).

El decreto extiende además a las farmacias la factura informativa, que se llevarán los usuarios para conocer el coste real de sus medicamentos. Y establece que el 10% del dinero ahorrado en medicamentos se destinará a sostener las farmacias de entornos rurales poco rentables pero "necesarias", según Salud.