El consejero de la Presidencia y Administración Local, Manuel Jiménez Barrios, vinculó ayer los resultados del informe Pisa con el nivel socio-económico y cultural de los centros elegidos en el muestreo. Sin quitar un «ápice de importancia» a los resultados, en los que Andalucía se sitúa a la cola de España, el vicepresidente de la Junta precisó que los 54 centros elegidos para el muestreo se corresponden con los índices socio-económicos y culturales más bajos de todos los que se han examinado en dicho informe Pisa.Por tanto, indicó que los parámetros utilizados para elaborar dicho informe ponen de manifiesto que los recursos económicos «tienen traslación» a los resultados del informe PISA.

No obstante, destacó que la Junta ha elaborado un plan de éxito educativo, que recoge «medidas extraordinarias para lo que significa la importancia de la educación en Andalucía, que tendrá que discutirse en el Parlamento y con los agentes sociales. Según los resultados de la última Evaluación Internacional de Estudiantes (Pisa 2015), la comunidad de Andalucía se sitúa en último lugar en España en ciencias, con 473 puntos, y en el penúltimo en lectura (466) y matemáticas (479).

En la misma línea, la consejera de Educación andaluza, Adelaida de la Calle, mantuvo que la tasa de analfabetismo que Andalucía sufría en la Transición es un «elemento esencial» para explicar los malos datos del informe Pisa porque, como consecuencia de aquella, la región tiene hoy entornos socioeconómicos y socioculturales «muy diferentes» a los de otras comunidades que presentan mejores datos en el informe sobre la situación educativa. En una entrevista en la Cadena Ser, recogida por Europa Press, defendió que «los entornos son fundamentales en cualquier sistema educativo» e insistió en que los 54 centros andaluces que se han examinado para el informe representan el índice sociocultural más bajo de todos los seleccionados.

La consejera expuso la diferencia entre los niños que se crían en entornos con un mayor nivel sociocultural y los que no tienen esa posibilidad: «Que mis hijos, que han nacido entre libros, no hubiesen hecho una carrera universitaria, sería durísimo; ahora, si los hijos de otras personas que no han visto un libro en su vida tienen que competir con los míos, la cosa es diferente».

Por su parte, la portavoz parlamentaria del PP-A, Carmen Crespo, afirmó que el informe Pisa sobre la educación refleja el «fracaso de la política educativa de los 40 años de gobierno socialista» y también supone el «derrumbe de los castillos en el aire de Susana Díaz sobre el Estado del Bienestar». En rueda de prensa, Carmen Crespo señaló que se trata de un «informe demoledor», cuyos «perdedores son los alumnos», y acusó al PSOE de ser una «máquina para eliminar oportunidades» para los jóvenes andaluces.

De su lado, la diputada de Podemos y portavoz en la Comisión de Educación, Libertad Benítez, afirmó que el informe Pisa ha dejado claro que la política educativa andaluza «funciona mal» y que el «suspenso» otorgado no es a los niños ni a los profesores sino al Gobierno andaluz. Benítez ha pedido al Ejecutivo de Susana Díaz que deje de «buscar excusas fuera».