Andalucía se ha dotado de una estrategia de seguridad y salud en el trabajo 2017-2022, que cuenta con una inversión de 59 millones, ante el repunte de la siniestralidad laboral en los últimos años y el aumento de las patologías no traumáticas derivadas de situaciones de estrés. En el 2017 fallecieron en Andalucía 111 trabajadores, según los datos provisionales, casi un 7% más que el año anterior, y también se produjo un aumento del 7% de los accidentes laborales hasta sumar 93.553, incluidos los in itinere que, junto con los causados por patologías no traumáticas, como infartos o ictus, representan el 61% del total.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, rubricó ayer con las secretarias regionales de la UGT, Carmen Castilla, y de CCOO, Nuria López, y con el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, dicha estrategia, que dará prioridad a las pymes y a los autónomos para incentivar la inversión en prevención y seguridad laboral.

Esta estrategia se desarrollará mediante tres planes bienales de actuación, el primero de los cuales lo aprobará en las próximas semanas el Consejo de Gobierno y contará con una línea de incentivos de nueve millones de euros para las inversiones en prevención y seguridad laboral. La recuperación económica, que ha propiciado la incorporación de más trabajadores al mercado laboral, ha marcado un punto de inflexión en la tendencia de la siniestralidad en Andalucía, que durante los años de la crisis se redujo, pero a partir de 2013 se ha incrementado.

Los sindicatos y la Junta también achacan el aumento de la siniestralidad a la precarización de las condiciones laborales debida a la reforma laboral del Gobierno en el 2012, lo que a su vez provocó un alza de las patologías no traumáticas como infartos y derrames y accidentes de tráfico ocasionados por el estrés. De los 111 fallecidos en el 2017, 50 trabajadores llevaban menos de un año de en su puesto de trabajo, 26 menos de un mes y seis, un solo día.

La presidenta andaluza defendió que la «siniestralidad laboral cero» es posible con el compromiso, la responsabilidad y el esfuerzo colectivo de empresarios, sindicatos y trabajadores, y dejó claro que gastar en prevención «no es un coste sino una inversión».

Una de las novedades de esta nueva estrategia es «superar la prevención y velar por la protección de las personas», según la dirigente de CCOO, quien abogó por un liderazgo de la Junta para situar este asunto en la primera línea de la agenda política.

También es necesario, según la secretaria de la UGT-A, potenciar una «auténtica cultura de la prevención» con su inclusión como materia curricular en educación a largo plazo, al tiempo que abogó por hacer potentes campañas de sensibilización sobre la seguridad y salud laboral como las que se hacen en tráfico.