La Junta de Andalucía adaptará medidas de su plan para combatir drogas y adicciones a las características especiales de la mujeres drogodependientes tras un estudio que demuestra su mayor vulnerabilidad, que acceden con más complejidad a servicios de ayuda y que sufren un doble estigma por su género.

La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha avanzado que el Gobierno andaluz adaptará sus planes de drogrodependencia a las necesidades de las mujeres después de presentar en Granada el estudio "Perspectiva de género en el tratamiento de las drogodependencias en Andalucía: conocimientos, expectativas y propuestas de intervención".

Este estudio, elaborado por la Junta y la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), se ha desarrollado con una metodología cualitativa en toda la comunidad y con entrevistas en profundidad de profesionales sanitarios, trabajadores sociales y terapeutas para ofrecer una radiografía del drogodependiente.

Sánchez Rubio ha explicado que en Andalucía casi 38.7000 personas reciben tratamiento por adicciones y que solo 5.712 son mujeres, una cifra que ha apuntado no refleja la realidad por una mayor vulnerabilidad de las mujeres drogodependientes.

El estudio ha resaltado que la drogadicción en las mujeres tarda más tiempo en hacerse visible, que ellas postergan más la petición de ayuda y que tienen una red de apoyo familiar menor porque normalmente son las mujeres o madres las que ayudan.

El estudio desarrollado por la EASP, que tiene además un programa especial sobre salud y género, ha destacado que las féminas se enfrentan a un mayor rechazo social cuando reconocen sus adicciones y a un estigma más enfatizado, especialmente si tienen cargas familiares.

Esta investigación también ha destacado la diferencia en cuanto a las adicciones por género, ya que los hombres consumen alcohol, cannabis y cocaína y las mujeres son más adictas a drogas legales, con un mayor consumo de tabaco y alcohol "en soledad", y de medicamentos como sedantes y narcóticos, tanto con receta médica como sin ella.

El estudio servirá como instrumento para el diseño de medidas concretas en el marco del III Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones 2016-2021, aprobado recientemente en Consejo de Gobierno, y que tiene entre sus líneas estratégicas desarrollar la perspectiva de género de manera transversal en todas las políticas.

Sánchez Rubio ha subrayado que la mujer drogodependiente sufre una "triple vulnerabilidad" que hay que tener en cuenta en el momento de una intervención, ya que por los roles de género "están socialmente obligadas a cumplir" como cuidadoras, madres o responsable del hogar.

El estudio plantea tener en cuenta estos factores para un mejor diagnóstico y para el diseño de un protocolo específico de actuación con mujeres drogodependientes, adaptado a sus necesidades.

La investigación ha concluido también que las situaciones de maltrato y las desigualdades estructurales son más comunes entre las mujeres en comparación a los varones con problemas de adicciones, a lo que se suman factores de riesgo añadidos como traumas, machismo o situaciones de injusticia social, lo que requeriría un tratamiento específico.

La directora de la EASP, Gracia Maroto, ha incidido en la necesidad de crear grupos de apoyo a mujeres drogodependientes o con adicciones, con necesidades especiales y que acceden a este tipo de recursos "más tarde y peor", para crear redes que les faciliten "salir del armario y buscar ayuda".

El estudio plantea trabajar para ofrecer mayor poder y protagonismo a las mujeres en tratamiento y en la erradicación de los procesos de aislamiento social, para lo que la Junta promoverá y mejorará sus relaciones sociales y familiares, ya que muchas de ellas llegan en una situación de baja autoestima.