LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO CORDOBA, 1957

TRAYECTORIA DOCTOR EN FILOLOGIA HISPANICA Y PROFESOR DE LENGUA Y LITERATURA, ES AUTOR DE DIVERSAS MONOGRAFIAS, DE NUMEROSOS ARTICULOS DE CRITICA LITERARIA Y ACABA DE PUBLICAR ´EL LIBRO DE LA GRAMATICA VITAL´

Con El libro de la gramática vital , José Carlos Aranda se adentra en algo más que un volumen de lingüística ya que a través de sus páginas el lector se topa con su propia vida y la mejor manera de escribirla. Este doctor en Filología Hispánica cordobés reflexiona sobre cómo el lenguaje condiciona nuestra percepción de la realidad y cómo puede llegar esto a condicionar nuestra existencia, cuya primera meta es la felicidad.

--Todo influye para alcanzar la felicidad, pero, según su teoría, nuestro lenguaje incide directamente en el estado de ánimo. ¿Me lo explica?

--La lengua es el sistema operativo de nuestra mente, es la que nos aproxima a interpretar la realidad y nos hace reaccionar frente a ella conforme a una serie de conexiones que nosotros vamos incorporando a través del lenguaje. Es sencillo y complejo a la vez. Nuestra forma de expresarnos incide en nuestra felicidad porque a través del aprendizaje de la lengua vamos a interpretar la realidad. Si estuviéramos en el Amazonas distinguiríamos entre 50 especies de serpientes, cosa que nosotros no hacemos porque las serpientes no forman parte de nuestra realidad. En cambio, un niño analfabeto del Amazonas sí que aprendería esto desde que nace porque para él es supervivencia.

--¿Qué tiene que ver todo ese conocimiento con la felicidad? ¿Nos haría más felices distinguir entre esas cincuenta especies de serpientes?

--Entre otras cosas, nos permitiría vivir. La supervivencia es lo primero, lo segundo es la calidad de vida, que es lo que nos comporta la felicidad. Otro ejemplo: si naces en el seno de una familia que interpreta el trabajo como una maldición bíblica, el concepto que aprendería el hijo es que el trabajo es algo negativo, una fuente de alienación vital y eso sería una fuente de sufrimiento.

--¿Y eso, más que depender del lenguaje, no es una actitud ante la vida?

--También es el lenguaje porque estamos asociando una serie de palabras y conceptos a significados. Decimos que una imagen vale más que mil palabras, pero es falso. En los términos abstractos, mil imágenes no cubren el concepto de una sola palabra. En ese sentido, lo que comporta la felicidad en el ser humano tiene mucho más que ver con los sentimientos, con eso que ahora se llama inteligencia emocional, que con los conceptos concretos. Vamos a discutir muy poco sobre lo que es un perro o un burro, pero, en cambio, sobre lo que es el amor, el odio o los celos sí que van a ser importantes en nuestro mapa sentimental, que es lo que nos va a permitir ser más o menos felices y eso lo hacemos a través de nuestros actos. Enseñamos y comunicamos a través de nuestros actos e integramos todos estos significados complejos a través de nuestras acciones.

--Todo esto parece que tiene que ver más con la comunicación no verbal.

--Todo es uno, muchas veces la fuente de la infelicidad está en la incoherencia, lo que deseamos comunicar y lo que realmente conseguimos transmitir. La capacidad de comunicación nos hace más o menos felices.

--¿Es el lenguaje tan complejo como el ser humano?

--El lenguaje es tan complejo como el ser humano porque es lo que vehicula su mente, hay un paralelismo brutal entre la lengua como sistema de comunicación y la propia vida.

--En definitiva, expresarse bien o mal nos puede hacer más o menos felices.

--Según mi teoría, de lo que partimos es de un estado de consciencia, de ser consciente de cómo la selección de nuestras palabras comporta una mejor capacidad de comunicar de la misma forma que la selección de nuestros actos comporta una mayor capacidad para ser feliz.

--¿Qué opina del lenguaje que se ha creado a través de las redes sociales?

--De alguna manera, se está desvirtuando el lenguaje, pero no va a acabar desapareciendo la q ni ninguna otra letra. Lo que sí es cierto es que se están generando faltas de ortografía desconocidas hasta ahora. La cuestión es que se sea consciente de cómo tiene que cambiar el registro idiomático en función del tipo de comunicación.

--¿Qué le parecen los nuevos cambios en la ortografía?

--Debemos apoyar siempre a la Real Academia Española, a la unidad del idioma, porque es un patrimonio cultural y económico muy importante, pero me parece que deberían generarse cambios con menos frecuencia. Deben preservarse al menos dos generaciones antes de introducirse nuevos cambios porque se puede provocar una situación caótica que no conviene. Recomendaría humildemente a la Academia que antes de publicar un libro de fondo de 800 páginas como el que acaba de salir nos diera un breviario para tener las ideas más claras.

--De todos los últimos cambios, ¿a cuál le va a costar más trabajo acostumbrarse?

--Creo que a ninguno. Muchos de ellos eran necesarios, como el tratamiento de los anglicismos.

--¿Cree que nuestro lenguaje evoluciona en el buen camino para encontrar la felicidad?

--No. Nuestro lenguaje es un reflejo de la realidad que vivimos y, en la medida en que estamos generando una sociedad que está equivocando las claves de la felicidad, el lenguaje también se aparta.

--¿Es usted feliz?

--Sí. Soy muy feliz y esto, entre otras cosas, es lo que me hizo escribir el libro.