La Guardia Civil de Málaga, en el marco de la operación Porrín, desbarató ayer una organización criminal que se encargaba de realizar transportes de grandes cantidades de hachís a otros grupos delictivos. En esta operación fueron arrestadas 11 personas a las que se les acusa de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y falsedad documental. Los agentes incautaron 1.881 kilogramos de hachís, cuyo origen eran guarderías de drogas en el Campo de Gibraltar.

Los miembros de la organización realizaban transportes de hachís por encargo utilizando el método conocido como Go fast, que consiste en desplazar cargamentos de droga en vehículos de alta gama que circulan a gran velocidad, a través del cual realizaban los transportes desde Málaga hasta diferentes puntos del territorio nacional e internacional. En dos operativos establecidos en la carretera A-92 se interceptaron dos transportes de hachís en el que fueron aprehendidos 210 y 1.671 kilogramos respectivamente.

UN MENOR EN UN COCHE / En uno de los vehículos interceptados viajaba un menor de tres años que la organización utilizaba para intentar pasar desapercibidos y disimular el transporte de la droga. El menor viajaba en la misma zona del habitáculo en la que habían ocultado siete fardos de hachís, con el consiguiente peligro para su seguridad ya que el cualquier desplazamiento accidental de los fardos, de un peso aproximado de 33 kilos cada uno, podía dañar al menor.

En este operativo se llevaron a cabo seis registros en fincas utilizadas por la organización, incautándose también 8.100 euros, 38 teléfonos móviles, seis juegos de matrículas falsificadas, un sofisticado detector de frecuencias, 15 vehículos y documentación vinculada a la organización.