En sustitución del alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP), el regidor en funciones, Fernando Egea, exigió ayer a la Junta "rigor histórico" en la documentación y declaración de los Lugares de Memoria. El Consejo de Gobierno ha aprobado un decreto que obligará a los ayuntamientos a señalizar los enclaves donde tuvo lugar algún crimen durante la Guerra Civil y la Dictadura. En Granada son susceptibles de esa declaración el barranco del Carrizal, en Orgiva, el paraje ubicado entre Víznar y Alfacar, y la tapia del cementerio de San José en la capital. Desde hace cuatro años, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica pone una placa en esa tapia para recordar a los 4.000 fusilados por el régimen franquista durante la Guerra Civil, pero el consistorio la retira sistemáticamente. Egea explicó ayer que la historia "no es el punto fuerte" de la Junta, recordando lo que sucedió en la fosa de Lorca, que concluyó sin hallazgo alguno. El alcalde en funciones recordó que no existen estudios históricos para determinar que los fusilamientos que se ubican en la actual tapia del cementerio "se produjeran en ese lugar y en ese mismo muro".

Egea, que es descendiente Manuel Fernández-Montesinos, alcalde de Granada fusilado en agosto de 1936, se mostró a favor de educar a los jóvenes para no repetir los errores del pasado, pero dijo que los asuntos relacionados con la memoria histórica no han de ser una "prioridad" para los gobernantes. "No tenemos que estar enredando continuamente en el pasado", dijo.