La constante preocupación por un ahorro eficiente del agua para obtener los mejores resultados en los cultivos lleva a la Comunidad de Regantes del Genil-Cabra a renovarse y adaptar las nuevas tecnologías al desarrollo agrícola. En este sentido, veinticuatro horas al día se recogen datos sobre la transpiración, temperatura, pluviometría o los coeficientes de cultivo y se guardan los datos en ordenador. Asimismo las estaciones meteorológicas situadas en distintos puntos de la zona envían los datos a un ordenador central que permite confeccionar semanalmente las necesidades de riego agrícola traducidas a cada parcela y a cada cultivo específico.

En los últimos meses se lleva a cabo un plan experimental en las zonas regables de Santaella y Puente Genil para "afinar aún más los datos que ya se disponen". Así un grupo de investigadores del CIFA (Centro de Investigación y Fomento Agrícola) utiliza fotografías realizadas desde satélite (batido por infrarrojos) que aprecian el "estrés hídrico" de las plantas que se traduce en determinar las necesidades de riego (cantidad, modalidad y hora de aplicación). Estos datos avanzados se contrastan con las condiciones de cada parcela (humedad, tipo de suelo y cultivo). Con estos procesos la Comunidad de Regantes suministra a los asociados normas muy concretas a seguir en la plantación de los diferentes cultivos que redunda en un ahorro considerable de agua. Esta información individualizada se puede enviar por correo electrónico o incluso al móvil de cada parcelista.