Más de un millar de trabajadores del grupo de empresas Rafael Gómez Sánchez se concentraron al mediodía de ayer ante la sede de la constructora Arenal 2000 para arropar al empresario cordobés, ante "la campaña de desprestigio"a la que, según consideran, está siendo sometido y para pedir que les "dejen trabajar en paz". La manifestación se había convocado para contrarrestar la marcha de protesta que, a la mismahora yenelmismolugar, culminaron más de un centenar de ecologistas de la denominada Plataforma Salvemos los Baños de Popea. Los ecologistas habían partido a las 10. 30 del Ayuntamiento para recorrer a pie los más de cuatro kilómetros que hay hasta llegar a la sede de Arenal 2000. Allí, protestaron de nuevo contra la construcción de una urbanización de 233 viviendas que Arenal 2000 hará en el entorno de los Baños de Popea, en la Sierra cordobesa.

A los ecologistas no les convencen las explicaciones del Ayuntamiento, desde donde se viene asegurando que la zona de los Baños se protegerá, porque así lo determina el plan urbanístico que afecta a ese territorio. Desde la plataforma, donde se integran entre otros grupos Los Verdes y Ecologistas en Acción, se pidió ayer una moratoria para construir en la Sierra Cordobesa, hasta que no se apruebe un plan de protección especial.

RETENCIONES

La marcha provocó retenciones de tráfico en la carretera de Palma del Río hasta llegar a la sede de Arenal 2000, donde un cordón de agentes de la Policía Nacional mantuvo a los ecologistas a unos cien metros de las puertas. Además, al menos media docena de guardias de seguridad privada custodiaban la entrada a las instalaciones y, tras ellos, más de un millar de empleados de Gómez coreaban gritos en defensa del empresario y alzaban pancartas donde podía leerse, entre otras cosas, la procencia de muchos de ellos. Los había de Córdoba, pero también vinieron de Málaga o de Sevilla. Los trabajadores fletaron varios autobuses y familias enteras acudieron a la cita. Cientos de personas que aclamaron a Rafael Gómez cuando éste, que al principio se mantuvo al margen de la concentración en el interior de las oficinas, salió para agradecer el apoyo de sus trabajadores. Después se mezcló con la multitud en un ir y venir de besos y abrazos.

Minutos antes, se había dado lectura a un comunicado en el que los trabajadores reclamaron "la complicidad de la sociedad cordobesa y andaluza para que cesen la difamación, la injuria y la calumnia". En su comunicado, los empleados recordaron que de las empresas impulsadas por Rafael Gómez dependen más de 22. 000 empleos directos e indirectos.