El Gobierno andaluz afronta sus cuentas para el 2012 como una "encrucijada". En una situación económica muy difícil elige un camino: preservar el gasto social y no recortar servicios básicos. A cambio, la gran damnificada es la inversión, especialmente la obra pública, explicó la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo. "La obra pública no son políticas sociales y nosotros priorizamos lo social", zanjó la consejera. "La inversión puede esperar".

El Presupuesto del 2012, que el lunes llega al Parlamento, asciende a 32.020 millones de euros, un 1,1% más que este ejercicio. Después de tres años de números negativos, la Junta confía en un escenario de estabilización económica y en año electoral opta por incrementar sus cuentas, sube impuestos "a los que más tienen" y exprime el margen de endeudamiento, "sin pasarse", defendió Martínez, aunque disparando su déficit.

La partida educativa, la gran estrella en Andalucía, aumenta un 2,5%, por encima del crecimiento medio del Presupuesto (1%). Se destinan 7.615,3 millones de euros (184,6 más) a estas políticas y ninguno de los programas decrece. Habrá 820 nuevos profesores, más dinero para becas, para libros de texto gratuitos o portátiles. "Abrir los colegios cada día en Andalucía cuesta 36 millones de euros", presumió Martínez Aguayo. Se crearán 8.216 plazas de guardería.

Es la defensa de un modelo, el socialista, explicó ayer el Gobierno andaluz, frente al que aplican las comunidades del PP, que optan por recortar en profesores y programas de beca o gratuidad de libros. Es el gran mensaje que defiende el Ejecutivo de José Antonio Griñán para un Presupuesto que nace a un mes escaso de las elecciones, que será utilizado por el PSOE para defender su modelo social y que ha convertido a Andalucía en la primera comunidad en aprobar sus cuentas frente a la estrategia de los populares de no hacer números por no existir un horizonte de Presupuestos Generales del Estado.

Será también el último presupuesto de la legislatura en Andalucía, donde se prevén elecciones en marzo. Qué será de estos números si gana el PP es una incógnita. Si vence Rajoy, la Junta cree que no tiene por qué haber grandes cambios, aunque la mitad del gasto en educación que hace Andalucía proviene del Estado, en lo referido a profesores, becas o guarderías.

La cruz presupuestaria se la lleva la inversión, que cada vez se queda más raquítica. En el 2012 la Junta invertirá 4.854 millones de euros. Un 9,9% menos. Pero para entender de verdad el desplome hay que ganar perspectiva. En los Presupuestos del 2009, el Gobierno andaluz invirtió 8.260 millones. Incrementó su apuesta para impulsar el sector de la construcción. Fue la última vez que se mantuvo el esfuerzo inversor con el objetivo de dinamizar la economía.

En el 2010 la Junta hizo malabares y trató de mantener el tipo acudiendo a fórmulas como la cofinanciación de obra pública o el endeudamiento. No obstante, la inversión cayó un 6,8% y fue objeto de ajustes posteriores. El año pasado fue el peor. La partida inversora se situó en 5.368 millones, con una caída del 24% respecto a lo presupuestado un año antes. La cifra sigue esa senda para el 2012: cae un 10%. Se queda en el chasis. Los constructores lamentaron que "terminan de hundir al sector".

RETRASOS De nuevo se confiarán 565,6 millones a la cofinanciación público-privada. La titular de Hacienda aseguró que no se rescindirá ningún contrato y que todas las obras pendientes seguirán adelante, aunque se retrasarán. Los metros de Málaga, Granada o Sevilla lo notarán y no habrá ninguna gran infraestructura. "Nada se para, nada se olvida, lo haremos al ritmo que podamos", aseguró Aguayo.

Otras partidas indultadas en el 2012 son las destinadas a sanidad -que se congela-, dependencia o empleo, con crecimientos dentro de la media. El resto de consejerías decrecen un 8,6%, excepto Gobernación por la convocatoria de elecciones. Obras Públicas cae mucho más (-25,3%), también Turismo (-16,4%) o Presidencia (-18,6%).

Frente al bajón en la inversión, el gasto corriente aumenta un 2,4%, por los salarios de nuevos profesores, sanitarios y otros funcionarios, si bien se mantendrán congelados las nóminas. El plan de austeridad vuelve a recortar un 8% en publicidad, protocolo, teléfonos o dietas.