El Gobierno hizo ayer justo lo contrario de lo que preconiza. Si fuera de España el presidente, Mariano Rajoy, está de gira para acallar las críticas sobre la solvencia del país, desde su gabinete volvieron a atizar las cuentas andaluzas e, incluso, amenazaron con una intervención de la comunidad si la Junta no corrige su plan de ajustes. "Le caerá encima la Ley de Estabilidad", advirtió el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta. El Gobierno andaluz censuró que solo se ponga el foco en Andalucía y los sindicatos hablaron de un "boicot inasumible". El presidente en funciones de la Junta, José Antonio Griñán, evitó polemizar pero fue rotundo: "Si Rajoy se quejó de Monti y Sarkozy por sus ataques a España, también podría quejarse de Beteta", dijo.

CONFRONTACION La afrenta no es nueva. Fue la estrategia del PP-A y del Gobierno central antes y durante la campaña de las autonómicas y el resultado del 25-M no ha ayudado a frenar los golpes. Andalucía es la comunidad más importante de las pocas que no están gobernadas por el PP y está en el punto de mira, más aún ahora que se vislumbra un pacto de gobierno entre PSOE e IU que tendrá que acometer serios recortes al Presupuesto. El Ejecutivo de Rajoy sitúa a Andalucía en la diana de sus críticas y la usa para agitar la confrontación. Ayer fue más allá y puso a la comunidad de "ejemplo de falta de transparencia". "Cuando conozcamos las cifras reales de Andalucía podremos opinar. Hasta ahora, tenemos miedo", llegó a decir el número dos del ministerio de Montoro.

En un desayuno informativo, explicó que su departamento ha pedido a varias autonomías que han presentado ya sus planes de ajuste que los corrijan por ser "malos" y por tener "elementos que no sirven". Es el caso de Andalucía, apuntó. "Ya les hemos escrito con las observaciones pertinentes para que corrijan actuaciones y decisiones de gestión. Esperamos que se lleve a efecto y si no, a la comunidad andaluza como a cualquier otra, le caerán encima las prescripciones de la Ley de Estabilidad", alertó. Dejó claro que el Gobierno será inflexible en la aplicación de esta norma que ayer aprobó el Congreso y que lleva a la intervención de una autonomía si no cumple el déficit previsto. El objetivo de limitar al 1,5% del PIB el déficit autonómico en el 2012 es muy duro y la Junta ya ha avisado de que, aunque lo acatará, supondrá la "asfixia" autonómica. Andalucía cerró el 2011 con un déficit del 3,22%, por encima de la media (2,94%) pero muy por debajo de comunidades como Cataluña o Valencia.

La Junta se mostró "sorprendida" por las declaraciones de Beteta y le instó a que "haga públicas las cuentas de todas las comunidades". Fuentes de la Consejería de Hacienda recordaron a Europa Press que el Gobierno andaluz "tiene de plazo hasta el 30 de abril" para presentar su plan de ajuste y afeó que se le exija más a Andalucía que al resto de comunidades. "Las prescripciones de la Ley de Estabilidad deben caer sobre todas las que no cumplan", insistieron. Griñán ha dado a su equipo la instrucción de no confrontar gratuitamente con el Ejecutivo y de actuar con responsabilidad. "Yo no voy a impugnar nada, ni siquiera al Gobierno de España", afir- mó, y volvió a pedir al Ejecutivo que impulse el diálogo con la oposición y los agentes sociales.

REUNION CON SINDICATOS Los sindicatos, que ayer se reunieron con Griñán para hablar del pacto del gobierno con IU, sí pusieron el grito en el cielo con las dudas sobre la solvencia andaluza. El dirigente del UGT-A, Manuel Pastrana, lo tildó de "boicot lamentable e inasumible". "Hay que desmentir las barbaridades y los prototipos de los gobiernos de izquierda", señaló. Francisco Carbonero (CCOO-A) acusó al Gobierno de "cargar a las comunidades con la mala imagen de lo que hace él".