Andalucía se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos turísticos más completos del mundo, con una oferta plural y diversa que, unida a su clima, las comunicaciones y la hospitalidad de su gente, hacen de esta tierra uno de los lugares predilectos para el turista tanto nacional como extranjero. Al margen del conocido turismo de sol y playa, cada vez gana más terreno un turismo de interior que es muy apreciado por la extensión y riqueza medioambiental de los territorios andaluces.

Entre estos espacios destaca el Parque Nacional de Doñana. Situado al sureste de la provincia de Huelva, junto a la desembocadura del río Guadalquivir, y declarado Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad, Doñana es el parque nacional de mayor extensión de España y uno de los más singulares de Europa por la riqueza de su fauna y flora, así como por sus peculiares ecosistemas, entre los que destacan las marismas.

El parque es paso obligado de aves en sus rutas migratorias y, entre las especies animales protegidas que podemos observar, se encuentran el águila imperial, el lince ibérico, el buitre leonado y mamíferos como el ciervo, el jabalí, el gamo y la nutria.

Se asienta sobre la depresión del Guadalquivir y, por tanto, su origen y evolución son producto del cierre y relleno constante del estuario del río. La singularidad de Doñana se debe a la diversidad de especies y biotipos que alberga. La marisma es el mayor ecosistema en extensión del parque y el que otorga a este espacio una personalidad inconfundible, una zona húmeda de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernada para las aves europeas y africanas. Por otra parte, las dunas y corrales también componen uno de los paisajes más espectaculares de Doñana.

La diversidad de Huelva / Además de Doñana, Huelva tiene otros muchos puntos de interés para el turista. Esta provincia es rica en tradiciones y poseedora de un patrimonio paisajístico y cultural que se remonta a la civilización tartésica. El bosque umbrío de la sierra, las dehesas de encinas y las milenarias explotaciones mineras permiten disfrutar de paisajes apacibles, mientras que la campiña del Condado, de grandes pueblos agrícolas y peculiar arquitectura, se extiende hasta la costa, de suave clima e inmensas playas cubiertas de un manto vegetal de pinos y enebros. La cocina del mar y la cocina serrana son protagonistas en la mesa onubense.

La caballa, la corvina, el rodaballo, el atún, la gamba blanca, los langostinos o las coquinas permiten al viajero paladear platos tan exquisitos como el choco en todas sus variedades culinarias, todo ello sin olvidar los productos derivados del cerdo, con sus afamados jamones, y las exquisitas setas de la sierra.

TERRITORIO PROTEGIDO / En Andalucía, más del 18% del territorio está protegido y en este grupo destacan más de una veintena de parques naturales que ofrecen un amplio número de equipamiento de uso público, como centros de visitantes, áreas recreativas, zonas de acampada, miradores y refugios, entre otros. Junto a ellos, hay que añadir otros productos que completan la oferta en este segmento, como las actividades al aire libre o las rutas culturales.

Si las preferencias del turista pasan por disfrutar de la naturaleza de forma más atrevida, Andalucía ofrece multitud de deportes de aventura para que tengan unas vacaciones diferentes en paisajes de ensueño. Así, pueden practicar el deporte activo en agua, en tierra, en aire o en nieve, sin olvidar que existen empresas que planifican el viaje adaptado a los más pequeños.

La comunidad autónoma ocupa una de las primeras posiciones en el ránking nacional en cuanto a recepción de turistas de interior. El interés por esta práctica de ocio ha crecido de forma espectacular, ya sea como motivo único que justifique el viaje o bien como complemento a otro tipo de actividades.

En Andalucía atrae la diversidad, extensión y riqueza de los territorios, entre los que se encuentran las cumbres más altas de la Península Ibérica en Sierra Nevada, extensos humedales como las marismas del Guadalquivir, espesos bosques mediterráneos como el del Parque Natural Sierra de Cazorla, Segura y las Villas o desiertos volcánicos y tramos de costa sin habitar, como el Parque Natural de Cabo de Gata.