La presidenta de la Junta, Susana Díaz, anunció ayer que la reforma fiscal, que calificó de "regresiva" e "injusta", no va a tener "ningún impacto" en la paga extra de los funcionarios de la comunidad, tal y como anunció en el pasado pleno del Parlamento de Andalucía. Según dijo en Pizarra (Málaga), donde cerró el curso escolar en un colegio, "el coste fundamental de mantener la cartera de servicios públicos en Andalucía ha sido el bolsillo de los funcionarios públicos y tienen que empezar ya a recuperar derechos".

Díaz precisó que en 2015 se abonarán las pagas extras, pero que podrían hacerlo en 2014 "si el Gobierno quisiera", y si las tres décimas que el presidente Mariano Rajoy "va a devolver a Europa alegremente nos las diese a las comunidades, en Andalucía serían 450 millones de euros con los que ya de manera inmediata podría restituir las pagas". "Si el 50% de ese impuesto del IRPF va directamente a las comunidades y a los ayuntamientos, es evidente que lo vamos dejar de ingresar las comunidades", dijo la presidenta, que lamentó que la reforma se ha hecho sin hablar con las comunidades autónomas".

Según Díaz, desde el 2011 el Gobierno del PP ha subido 50 impuestos y los ciudadanos "no pueden soportar más recortes ni más desigualdad en la presión fiscal" para añadir que "se han bajado los impuesto a los que más tienen". Díaz subrayó que a los que ganan varios millones de euros al año le van a bajar los impuestos "lo mismo que a quienes ganan 60.000 euros".

"Si estamos hablando que esto es un síntoma de la recuperación económica, no tiene sentido que a quienes se les ha machacado a impuestos en España, que han sido las clases medias y trabajadores, vayan a bajarse los impuestos menos que a quien más tienen y menos han sentido el costo de la crisis", apostilló.

En Sevilla, el secretario de organización del PSOE-A, Juan Cornejo, calculó ayer que Andalucía perdería unos 600 millones de euros con la reforma fiscal del Gobierno, una medida que ha criticado porque beneficia a los "poderosos" y elude perseguir a los defraudadores. Cornejo mostró su esperanza en que la reforma fiscal "no acabe" con recortes en sanidad, en educación y en políticas sociales.

Por su parte, el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, aseguró ayer que la reforma fiscal del Gobierno es "electoralista y regresiva", ya que "beneficia a los ricos y perjudica a los más débiles".

Por el contrario, la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, destacó ayer que la rebaja de impuestos permitirá que tres de cada cuatro familias paguen menos IRPF. Crespo también señaló en un comunicado que esta rebaja fiscal contribuirá "a consolidar la recuperación económica".