La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, dijo ayer que «quienes buscan deteriorar» la imagen de la sanidad pública «no son sus defensores» y advirtió de que algunas críticas responden «a otros intereses». Al ser preguntada por la paralización de la fusión hospitalaria en Granada y Huelva y las dimisiones del viceconsejero de Salud, Martín Blanco, y del gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), José Manuel Aranda, la presidenta andaluza subrayó que tras esas decisiones ahora habrá que ver la voluntad de diálogo de todos.

Díaz señaló que «si el problema era la fusión, ya no está; si la interlocución no era posible, ahora hay nuevos interlocutores». Estas decisiones ponen de manifiesto, según la presidenta, que la Junta es capaz de escuchar y rectificar cuando los ciudadanos expresan su incertidumbre, en alusión a las protestas que se han producido en varias provincias andaluzas contra la política sanitaria del Gobierno autonómico. «Algunos tendrán que valorar el esfuerzo que se ha hecho», añadió Díaz, que advirtió de que, tras las criticas hay quienes tienen «otros intereses» que no son la defensa del sistema sanitario público.

PARLAMENTO / La oposición en bloque, incluido el grupo de Ciudadanos, achacó ayer el deterioro de la sanidad pública a la «pésima» gestión del Gobierno andaluz, al que exigieron diálogo, humildad y la rectificación de un modelo sanitario que calificaron de «caduco y mercantilista».

En su comparecencia en el Parlamento andaluz, el consejero de Salud, Aquilino Alonso, avanzó que el próximo martes comenzará el diálogo con todos los sectores implicados en el problema y mostró su «respeto» a las movilizaciones, mientras de las dimisiones dijo que son una «muestra del compromiso con la sanidad con la voluntad de mejorar las cosas». Alonso rechazó el «mensaje catastrofista» que, según denunció, están dando desde algunos partidos «en un claro intento de desprestigiar» la sanidad pública andaluza. «En Andalucía debemos estar orgullosos de una sanidad que no excluye a nadie y que apuesta por los tratamientos que salvan la vida de los pacientes, independientemente de su coste», defendió Alonso.

La portavoz del PP, Carmen Crespo, acusó a Alonso de haberse «contagiado de la soberbia» de la presidenta Susana Díaz, a los que reprochó que estén «ajenos» a la realidad y pidió que rectifiquen y «no echen la culpa» a otros del «desprestigio» en la sanidad. Isabel Albás, de Ciudadanos, criticó al consejero que no precisara lo que hay que cambiar en la «mala» gestión sanitaria de la Junta y consideró «acertadas» las dimisiones, si bien cree que son «insuficientes». Jose Antonio Gil, de Podemos, denunció la «injusta e ineficaz» fusión hospitalaria y estimó que este «grave error ha abierto brecha» en el Gobierno. De «mercantilista» tildó la diputada de IU Inmaculada Nieto el modelo sanitario de la Junta.