Las palabras del arzobispo de Granada se produjeron ayer a punto de cumplirse una semana desde que se conociera la investigación judicial sobre supuestos abusos sexuales a al menos un menor cometidos por sacerdotes de su Archidiócesis, que actuaban como un clan y se hacían llamar los Romanones, y después de que la gestión del asunto haya sido cuestionada incluso en ámbitos eclesiásticos. Tres sacerdotes han sido apartados de sus funciones por el arzobispo de Granada, siguiendo indicaciones del Vaticano, que tuvo noticia de los hechos por una carta enviada por la presunta víctima, a quien el mismo papa Francisco llamó en dos ocasiones para pedirle perdón.