Ya tenemos otra maqueta del centro de congresos. Esta nueva, con escalinata. Y vista de lejos parece una pinza de tender ropa, sin que se entienda esto como una crítica (no es criticar, es referir), pues ya se verá cómo queda cuando se construya el edificio ideado por el arquitecto holandés Rem Koolhaas.

Tras el feliz momento de la presentación del nuevo diseño del futuro recinto congresual y sede de la Orquesta de Córdoba, con Rosa Aguilar, Andrés Ocaña y Rafael Blanco todo sonrisas, los plazos para las entregas de los proyectos básico y de ejecución y el consiguiente visto bueno de la Gerencia de Urbanismo a esas propuestas, acercan al próximo mes de noviembre como la fecha para licitar esta obra, para la que el gobierno municipal piensa reservar 10 millones de euros en los próximos presupuestos municipales, que, por cierto, una vez repartidos los fondos anticrisis que le corresponden a Córdoba no deberían tardar más tiempo en aprobarse.

Y como ocurre en Córdoba de vez en cuando, al retraso de un gran proyecto se suma la mala coyuntura, de manera que, si bien el Ayuntamiento ha conseguido mayores posibles económicos para el proyecto de Koolhaas, esta iniciativa deberá desarrollarse justo cuando el Gobierno central ha decidido recortar 1.500 millones de euros de gastos no financieros del Estado para destinarlos a coberturas sociales y, muy especialmente, para garantizar la protección de los desempleados.

El antiguo Palacio del Sur, en el que se han jugado ya su credibilidad las dos últimas corporaciones municipales, se afronta por tercera vez con compromisos de financiación plurianual que, en el caso de la Junta de Andalucía, por lo menos están enunciados públicamente, pero no así por la Administración central, que ya se había mostrado cicatera con el proyecto cordobés cuando las vacas todavía no estaba tan flacas como ahora. Por ahora existe el compromiso verbal del gobierno municipal de financiar el 50% del proyecto, que está valorado en 67 millones de euros, mientras que el Ejecutivo regional no ha decidido aún si aportará 12,5 o 18 millones. De Madrid, de momento, solo hay apalabrados 2,5 millones. En el mejor de los casos, faltan 13 millones de euros para rematar la operación financiera del edificio.

Es en este asunto de la financiación, en la inestable garantía del dinerito que falta, donde el portavoz del PP, Jose Antonio Nieto, además de otras críticas más generales a la iniciativa, pone el acento. Y es posible que lleve razón, aunque sostener que la obra no llegará a ejecutarse quizá sea ir demasiado lejos. El centro de congresos tiene dotación suficiente para ponerse en marcha este año y el siguiente, y la alcaldesa ya ha anunciado que ahora comienzan las negociaciones con las administraciones supramunicipales para que inviertan en lo que ha venido a denominar como "proyecto de ciudad". Que tenga suerte, de verdad.

Lo que sí resulta extraño es que no se haya invitado a la oposición municipal al acto de presentación del nuevo diseño arquitectónico, que no se haya contado con ellos en todo lo relacionado con el centro de congresos. Dado que está considerado como un "proyecto de ciudad", lo normal hubiese sido tener en cuenta al grupo mayoritario del Ayuntamiento de Córdoba, desde donde con cierta ironía se afirma que igual les toca a ellos, si en el futuro los electores le son propicios, gestionar este nuevo centro de Miraflores creado para congresos y para grandes espectáculos.