El informe de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía sobre el incendio de Moguer (Huelva), que calcinó unas 8.500 hectáreas del entorno de Doñana, remarca que los responsables de la carbonería donde se sitúa el origen trataron de «ocultar evidencias».

Fuentes de la investigación han informado de que los investigadores hacen constar en dicho informe que desde esta empresa, un día después de declararse el incendio -el 24 de junio-, se habría utilizado «maquinaria pesada» para realizar movimientos de tierra en el entorno de sus instalaciones.

Aunque desde la carbonería se justifican estos trabajos en la necesidad de proteger sus instalaciones ante la posibilidad de que el fuego retrocediera, los responsables de la investigación consideran que, de ser así, «deberían de haber llevado a cabo otros trabajos complementarios que no se ejecutaron», por lo que concluyen que la intención no fue otra que «ocultar evidencias» que situaban allí el origen del fuego.

Estos trabajos, según ha adelantado el diario El País, se habrían llevado a cabo 24 horas después de iniciarse el fuego, cuando las llamas ya se encontraban a diez kilómetros en dirección sur y la carbonería estaba libre de amenaza.

Se centraron en el talud perimetral que rodea las instalaciones, donde se realizaron «trabajos de decapado y movimientos de tierras». Los investigadores recuerdan en su informe que la «manipulación, alteración, modificación o destrucción total o parcial de manera intencionada del área de inicio del incendio» supone un delito.

PERSONACIÓN / La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ya se ha personado como perjudicada en la causa abierta por este incendio, que instruye el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Moguer (Huelva), que decretó el secreto de sumario sobre las actuaciones. Todo ello, sin perjuicio que, deducido del curso de los autos, la posición de la Junta de Andalucía hubiera de variar.

En dicha causa judicial obra el informe de la BIIF que señala a la carbonería como presunta responsable del incendio por «imprudencia o negligencia por descuido».