No sé hablar apenas en inglés, aunque me defiendo a la hora de traducir un texto. Tal vez sea el momento de dejar de leer este análisis crítico, alegando que su autor va a arrimar el ascua a su sardina monolingüe, por despecho o por envidia, sin argumentos sólidos. O puede seguir leyendo y tener una perspectiva diferente a la del colegio Británico que nos quieren vender.

El bilingüismo fue impulsado, en algunos centros, buscando la permanencia del profesorado provisional y en no pocos, sin debate previo, sin consenso y ¡sin conexión con las etapas previas o posteriores! Hoy lo impone la consejería a golpe de BOJA. Como muchos otros, es un plan florero: "Dermoestética en lugar de cirugía radical" (la cita es mía), porque el alumnado no está adquiriendo las competencias lingüísticas que se persiguen. Son, simplemente, 3 o 4 horas semanales más de lengua 2 (la lengua 1 es el castellano). Tampoco ayuda a resolver los graves problemas de la enseñanza: Falta de comprensión lectora, un gran desconocimiento del mundo natural y de sus interacciones con la sociedad y un bajísimo nivel en matemáticas. Los resultados de las pruebas PISA 2009 lo confirman. Por no hablar de la superficialidad con la que se abordan los contenidos de las áreas impartidas en la segunda lengua o la simpleza de su metodología: Un juego de preguntas y respuestas a partir de un texto en inglés, francés o alemán. Aun no se ha evaluado el plan y ya se están detectando problemas importantes. En primer lugar, la segregación/ marginación del alumnado en contra del principio de equidad de la Ley Orgánica de Educación (artículo 1.b): Alumnado con buenas calificaciones en las líneas bilingües y con refuerzos educativos en los cursos convencionales. A este respecto se alega que la enseñanza bilingüe tiene un plus de dificultad, que hay libertad de elección y un sorteo sin restricciones. Pero no se menciona que esta elección está condicionada por el nivel cultural y socio-económico de las familias. A veces pienso que todo es un montaje camuflado y sutil para vender a las familias una imagen renovada y "moderna" de la enseñanza pública, mediante la creación de grupos de "excelencia" bilingües, auténticas islas en cuanto a rendimiento y actitud.

En segundo lugar, el bilingüismo detrae recursos económicos que podrían invertirse en paliar viejas carencias del sistema educativo: Atención a la diversidad, disminución de la ratio o desdobles para las áreas instrumentales (donde se utilizan instrumentos, no nos confundamos).

Además, roba tiempo de formación al profesorado, ya que le obliga a sumergirse en una vorágine académica para obtener el título correspondiente diseñado ex profeso.

Pero no quisiera terminar esta crítica sin mencionar lo que este plan supone para el profesorado "no bilingüe", por considerarlo un obstáculo para la comunicación (o un paripé) o porque prefiere profundizar en las nuevas tecnologías, la didáctica de su materia o la mejora de la convivencia.

Este profesorado está siendo discriminado porque la consejería de Educación ha establecido un Concurso General de Traslados paralelo al de las especialidades, mediante la reserva de vacantes bilingües, que obtienen profesores y profesoras con menor puntuación.

O porque la consejería no les permite enseñar su materia- al alumnado bilingüe. Y esto me genera desilusión y perplejidad, tras tantos años de esfuerzo por mejorar las enseñanzas científicas. Y es que también en la escuela hay especies en vías de extinción (...) cuando un florero les golpea en la cabeza.