El sector turístico de Andalucía vivirá otro verano de récord, con 25,5 millones de pernoctaciones hoteleras, un 2,9% más que el pasado año, pero lo hará pendiente del mercado nacional por el descenso del 0,9% previsto en las estancias de los viajeros españoles en la comunidad.

El consejero andaluz de Turismo y Deporte, Francisco Javier Fernández, dijo ayer que las previsiones para el periodo junio-septiembre, son «muy buenas» y se superarán las cifras del 2016, los mejores resultados hasta la fecha, al tiempo que ha expresado su preocupación por la evolución del mercado nacional. Este verano se prevén crecimientos en cada uno de los meses, especialmente en agosto y septiembre, con sendos aumentos interanuales del 3,7%, mientras que en junio las estancias aumentarán un 2,4% y en julio, un 1,7%.

La tendencia al alza será generalizada en todas las provincias y más intensa, en términos relativos, en Jaén (6,5 %) y Córdoba (5,9), seguida de Cádiz (4,6) y Sevilla (3,1), también por encima de la media regional, y de Málaga (2,6), Huelva (2,2), Granada (2,1) y Almería (1,5).

También se espera un aumento del gasto medio diario --que no ha cuantificado--, favorecido por el incremento de turistas extranjeros y la segmentación de la oferta. La buena marcha de la temporada alta se sustentará en el «excelente comportamiento» del mercado internacional, cuyos viajeros generarán 13,8 millones de pernoctaciones, un 6,4% más que en el 2016, mientras que 11,8 millones de estancias corresponderán a viajeros españoles.

Un descenso de pernoctaciones cercano al 1% del turismo nacional «no suele hacer saltar ninguna alarma, pero en esta Consejería es más que suficiente para una llamada de atención», recalcó Fernández, que cree que no se debe perder «ni una décima» de la cuota en este emisor, en el que Andalucía es líder. Entre las razones que pueden explicar este descenso del mercado nacional, apuntó que el español «no es un turista que reserve pronto», por lo que cuando decide viajar «la mayoría de las plazas están en manos del turismo internacional», y el aumento de precios de la oferta tras la crisis, ya que está «acostumbrado» a una escala «más bien baja».

Fernández reiteró la necesidad de que las empresas trasladen sus beneficios a un empleo «estable y de calidad» y que los trabajadores tengan «sueldos justos». En cuanto a la precariedad laboral por externalización de servicios en los hoteles, dijo que es necesario tener una labor inspectora «eficaz» pero que «hay una reforma laboral que lo permite».