Las agresiones a profesionales que trabajan para la sanidad pública cordobesa disminuyeron el año pasado un 25,8% con respecto al 2009, según informan fuentes de la Delegación de Salud. En el 2010, la Junta registró en Córdoba 83 agresiones a profesionales sanitarios, de las que 27 fueron de tipo físico y las 56 restantes verbales o de otro tipo. Por su parte, en el 2009 se produjeron 112 atentados contra trabajadores, 71 verbales y 41 físicos. Sobre los hechos del 2010, Salud precisa que un 41% de las víctimas de los mismos fueron enfermeros y auxiliares de enfermería; un 40%, médicos; un 6%, profesionales no sanitarios, y el resto, otras categorías sanitarias. Sin embargo, en Andalucía, las agresiones a sanitarios subieron un 25,7% en el 2010 si se compara con los datos del 2009. En el 2010 se anotaron en la comunidad autónoma 943 agresiones a trabajadores de la sanidad pública (736 verbales y 207 físicas) y en el 2009, 750 casos (555 verbales y 195 físicos).

La Delegación de Salud señala que la mayoría de estos episodios violentos se produjeron en las consultas médicas y que para tratar de atajar estas situaciones en el 2005 se activó el plan de prevención y atención de agresiones para profesionales del sistema sanitario público andaluz, con el objetivo de proporcionar a los trabajadores las medidas de seguridad y la formación necesarias para minimizar posibles agresiones. Además, Salud puso en marcha el registro de agresiones, presta asistencia jurídica a las víctimas y ha mejorado las medidas de seguridad en los centros sanitarios cordobeses, lo que se concreta en la instalación de 334 timbres antipánico, 331 teléfonos, 185 videocámaras y salidas alternativas.

La delegada de Salud, María Isabel Baena, valoró positivamente que en el 2010 se redujeran las agresiones a sanitarios en Córdoba frente al 2009, "aunque queda mucho camino por recorrer, ya que el objetivo es que haya cero hechos de este tipo". Por eso, Baena, además de repudiar que se produzcan estos casos, apostó por que la Administración, con implicación de otros sectores, siga trabajando en la reducción de estos episodios, "ya que todos tenemos responsabilidad en evitar las agresiones". El presidente del Sindicato Médico de Córdoba, Manuel Molina, opinó que sigue habiendo agresiones, "debido a que los profesionales se sienten ahora más respaldados legalmente y denuncian más, aunque no se denuncian ni llegan a juicio muchos atentados". "El SAS sigue prometiendo una asistencia que no puede dar, ya que cada vez hay menos trabajadores y menos tiempo para dedicar al enfermo. Este problema no es comprendido por algunos pacientes o familiares que vuelcan su frustración de forma violenta con el profesional que lo atiende", indicó Molina.

OPINIONES Por otro lado, el secretario de Satse, Manuel Cascos, estimó que "la mayoría de las agresiones que sufren los enfermeros se producen por la insatisfacción y crispación de los usuarios, motivadas por el funcionamiento del sistema sanitario y sus déficits, circunstancias éstas que en absoluto son imputables a los profesionales".

En la misma línea, el presidente del Colegio de Médicos, Cesáreo García, indicó que "las agresiones que se conocen son solo la punta del iceberg, ya que muchas son amenazas verbales vertidas por acompañantes de pacientes, que los médicos no denuncian. Además, teniendo en cuenta la feminización de la profesión médica, la Administración debería combatir más este tipo de maltrato". Para García, fue fundamental el papel que jugó el colegio para que hubiera un mayor respaldo legal a las víctimas, así como la decisión de la Fiscalía de calificar este delito como atentado a la autoridad.