De presunto asesino a liberado sin cargos. Diego P. V., el joven de 25 años que el miércoles fue detenido en Santa Cruz de Tenerife por la muerte de una niña de tres años, hija de su pareja, abandonó ayer las dependencias policiales después de que la autopsia le exculpara de los cargos de maltrato, agresión sexual y homicidio. Semejante vuelco en la investigación podría deberse a un diagnóstico precipitado por parte del equipo médico que la trató, ya que en un principio se dio por segura la existencia de "lesiones a nivel vaginal y anal", y ayer mismo, mediante un auto judicial, quedó constatado que en la autopsia no se observan "lesiones traumáticas sugestivas de agresión sexual".

Diego P. V. y la madre defendieron siempre que la niña había sufrido una caída en un parque infantil y que por eso habían acudido el miércoles al hospital, tras comprobar que tenía problemas para respirar. La policía, sin embargo, tras recibir el aviso de los facultativos, prefirió centrarse en otros detalles que acabaron con la detención y posterior acusación del joven. "Todo indica que la muerte de la niña fue un accidente", reconocieron ayer a Efe fuentes cercanas al caso.

En cuanto a las quemaduras que presuntamente presentaba el cuerpo, la autopsia revela que podría tratarse de "un cuadro alérgico", pero en ningún caso a "mecanismos de llama, cigarrillos o secador de pelo". La madre ya había declarado a la policía que era "habitual" que la niña presentara moratones.

El abogado del ya ex acusado anunció que su defendido no descarta querellarse contra los médicos que atendieron a la menor. El letrado Plácido Alonso manifestó que su defendido, tras ser puesto en libertad, le ha pedido que estudie las medidas legales que considere oportunas.

El letrado señaló que estas medidas podrían incluir querellas contra el médico que atendió a la menor el pasado 21 de noviembre cuando ésta fue llevada a un centro de salud.