Hace casi cuatro años que el ingeniero informático Daniel Burón se compró un monociclo durante su estancia en Alemania y le prometió a su novia, ya fallecida, "que iría a Santiago". A esta promesa se suma que a los 15 años estuvo en Japón "y siempre he tenido ganas de volver para recorrer ese país durante tres meses". Pero su padre le aconsejó "un entrenamiento y el Camino de Santiago me parece idóneo porque cuento con mucha información para planearlo".

Daniel, de 29 años y redactor de una revista digital de tecnología, perfeccionó el uso del monociclo en la Asociación Cordobesa del Nuevo Circo, "que se reúne en el colegio Algafequi". Tiene varios patrocinadores para llevar a la práctica esta aventura que, dependiendo de las circunstancias, arrancará a finales de junio o mediados de septiembre para recorrer la ruta francesa, la de más tradición y que parte de Saint Jean Pied-de-Port. Por eso, por salir de plenos Pirineos, el factor meteorológico es clave, "aunque también hay que tener en cuenta que a finales de junio o principios de julio aún no ha llegado la primera oleada de peregrinos".

Serán 35 etapas y 900 kilómetros sobre una sola rueda y pertrechado de un equipo tecnológico --notebook , móvil Android y GPS-- para volcar la información que recoja en su web www.santiaciclo.com, y que se podrá seguir en vivo.

Uno de los patrocinadores le facilita un monociclo de repuesto y un equipo de reparaciones que le seguirá etapa a etapa, pero "busco empresas que quieran participar aportando equipos, como mochilas o material promocional, o servicios".

Para cubrir este trayecto, se somete a un entrenamiento diario en el que recorre una media de 20 kilómetros, "que combina lo urbano y lo verde" y que incluye "el parque de Colón y la Ribera". Lo cierto es que estuvo a punto en octubre pasado de hacer el camino, pero un accidente --con resultado de esguince-- le dejó en tierra.

Además, este viaje la valdrá para elaborar "un estudio medioambiental sobre la diferencia entre el campo y la ciudad en el paso de peregrinos". La siguiente intención de Daniel es recaudar fondos para las ONG Médicos sin Fonteras, Greenpeace y Payasos sin Fronteras, aportaciones que se podrán hacer a través de internet. "Algunos amigos me las quieren entregar en mano, pero yo les digo que sigan las instrucciones de la web porque el dinero no es para mí".

Apunta que "hay mucha gente que hace el camino, que ha ido en bici o andando, pero es a nivel muy íntimo, individual, y yo quiero hacerlo participativo, que sirva para algo". Aunque calcula que "la primera vez que salí a la calle con el monociclo fue en marzo del año pasado", este verano se lanzará a recorrer sobre una rueda los valles, veredas y caminos que el año pasado soportaron el paso de más de 250.000 peregrinos.