La Junta de Gobierno Local aprobó ayer el pliego de condiciones técnicas y económicas para la realización de los trabajos de pintura, desmontaje, montaje e instalación del avión DC7-C que el gobierno municipal quiere colocar en el Balcón del Guadalquivir y destinarlo, con el nombre de proyecto Circular, a contenedor cultural para los creadores emergentes. Se trata de unos de los dos aviones abandonados en el aeropuerto, que su propietario, Francisco Agulló, ha cedido al Ayuntamiento con la condición de que sea utilizado para el desarrollo de un proyecto cultural.

El objeto del pliego de condiciones es el pintado interior y exterior de la aeronave, el desmontaje, el montaje y traslado del avión, que, con toda probabilidad, quedará instalado en el montículo de Balcón del Guadalquivir, frente al centro comercial Eroski, con la idea de que dé la sensación de despegue. La empresa a la que se le adjudique este trabajo deberá garantizar 10 años la pintura y 25 años el ensamblaje. El presupuesto para llevar a cabo toda esta operación se ha fijado en 80.000 euros.

Según la moción aprobada ayer por la Junta de Gobierno Local, este avión Douglas DC7-C es de 1957 y del mismo modelo se fabricaron 338 aeronaves. Llegó a Córdoba a finales de los años 80 procedente de Arizona (Estados Unidos) y estuvo un tiempo destinado a la extinción de incendios, hasta que quedó fuera de servicio a principios de los 90. Tiene una envergadura de ala a ala de 38 metros, de cabina a cono mide 36 metros y pesa alrededor de 33.000 kilos.

La teniente de alcalde de Presidencia, Rosa Candelario, destacó ayer que este proyecto cultural será una iniciativa más de las que desarrollará el Ayuntamiento de Córdoba de cara a conseguir el título europeo de Capital Cultural en el 2016. Candelario quiere que otras áreas municipales (Participación Ciudadana, Educación y Juventud) colaboren en darle contenido al avión.