La Junta inició ayer la tramitación de la Estrategia para el Impulso de la Compra Pública de Innovación 2017-2020, una fórmula de licitación de productos innovadores para mejorar la eficiencia de los servicios públicos y en la que se invertirán 50 millones de euros de los fondos Feder. El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, explicó tras el Consejo de Gobierno que el objetivo es lograr la adquisición de un mínimo de bienes y servicios innovadores, así como aumentar el porcentaje de empresas que realizan actividades tecnológicas -actualmente sólo son un 10,1%-.

Aseguró que la nueva estrategia se aprobará «en un plazo no muy largo», de forma que este mismo año, ejercicio para el que se han consignado 10 millones de euros, se producirán las primeras licitaciones de acuerdo con la citada fórmula. El consejero puso como ejemplo de la compra de innovación en Andalucía la creación del brazo quirúrgico 3D sensible al tacto del hospital Reina Sofía de Córdoba y, en el caso de España, los contratos relacionados con el Airbus 400M.

La estrategia establecerá las bases para poner en marcha esta fórmula de licitación, que actúa mediante la demanda de servicios y productos avanzados que no se encuentran aún disponibles en el mercado a partir de la detección de una necesidad.

Según Ramírez de Arelllano, la CPI contribuye a impulsar mercados innovadores, apoyar el desarrollo empresarial y sumar a las empresas el potencial innovador de los agentes del conocimiento, como las universidades y los centros de investigación, además de mejorar los servicios públicos a través de la I+D+i. Así, en los próximos tres años se prevé la adquisición por parte del sector público andaluz de un mínimo de 14 bienes o servicios innovadores. EFE