El Córdoba finalizó ayer la jornada en la antepenúltima posición de la tabla y lo más positivo es que estrenó su casillero de puntos y de goles, algo que no todos pueden decir en Primera División. El parón vendrá bien a Ferrer para seguir trabajando conceptos y lo único reseñable podría ocurrir hoy. Esta noche finaliza el plazo para las incorporaciones veraniegas y lo que parece meridianamente claro es que el técnico blanquiverde no va a perder ningún efectivo. Ya en este periódico, el mismo presidente dejó claro que no saldría nadie "salvo que lo pida". Y esa solicitud al club por parte de algún jugador no ha llegado, por lo que todas las miradas están puestas en el camino de entrada. Sin embargo, esa última incorporación no es nada fácil, ya que la única zona del campo en la que la entidad blanquiverde estaría dispuesta a reforzar es la del ataque, en la que durante todo el verano se ha estado detrás de un delantero con más movilidad que Xisco o Havenaar, un nueve de ruptura que ofrezca otras posibilidades a la vanguardia cordobesista. Con los tocados hasta ahora se encontraba siempre con el inconveniente de la contraprestación económica extra. Las últimas horas de mercado puede provocar más de un estado de nervios que hagan reducir esas pretensiones o incluso eliminarlas, aunque lo cierto es que las perspectivas no son nada halagüeñas.

Así, el capítulo de fichajes de verano de este Córdoba de Primera tiene toda la pinta de cerrarse con 14 incorporaciones, siendo la última José Angel Crespo, ya que salvo sorpresa en forma de "mirlo blanco" o ganga de última hora, la plantilla cordobesista quedará configurada con los futbolistas de los que actualmente dispone Albert Ferrer y en los que nombres como José Carlos Fernández o Carlos Caballero deben integrarse completamente al grupo en las próximas semanas. Pero por si acaso, el Córdoba pasará estas últimas horas mirando de reojo el fax y el correo electrónico.