Salió con 20 años del barrio de Levante y una FP de peluquería en el IES Trassierra para trabajar en el Teatro Real de Madrid. Hoy, con 41 años, este peluquero cordobés está nominado para su segundo Goya por la película Abracadabra, de Pablo Berger, por un trabajo de peluquería en el que también opta a los premios andaluces del cine Asecan, y a los premios Gaudí. Durante el 2017 ha trabajado en tres películas, que se estrenarán este año, «un reto profesional y personal muy satisfactorio para mí que espero que guste».

-¿Qué destacaría de su trabajo en ‘Abracadabra’?

-Fue un trabajo muy difícil porque era recrear la vida cotidiana pero hacerlo de película. Entonces, es gente muy de barrio, con unas cosas muy excéntricas, pero tu vas por la calle y es lo que te encuentras. A Maribel Verdú, que tiene un peluquero personal que se llama Noé Montes, había que hacerle un cambio para que hiciera un personaje de barrio, por eso le pusimos las mechas rubias, a José Mota le hicimos una peluca rubia rizada...

-¿Tienen paciencia los actores con el trabajo de peluquería?

-Hay que tener mucha paciencia. El trabajo de peluquería implica mucho tiempo, son muchas horas de rodaje, y si tienes que poner extensiones, pelucas, o lo que sea, tienen que llevarlo durante 11 o 12 horas de rodaje.

-¿Qué papel juega la peluquería en una película?

-Yo creo que el personaje lo construye peluquería, maquillaje y vestuario. Cuando los tres equipos trabajamos juntos es la maravilla, hace que nos sumemos unos a otros.

--¿Qué le supuso ganar el Goya en el 2014 por ‘Las brujas de Zugarramurdi’, de Álex de la Iglesia?

-Para mí fue una satisfacción enorme, sobre todo porque tu gremio, la gente del medio en el que trabajas, reconoce que has hecho un buen trabajo, y luego me compensó muchísimo el ver cómo la gente se alegra de que tu trabajo sea reconocido. Para mí fue sorprendente ver tanta gente, que hacía 15 o 20 años que no había visto, y que me felicitaron por haber conseguido el Goya.

-¿Y con qué actores o actrices de los que ha trabajado se siente más satisfecho?

-Como profesional me ha impactado muchísimo Concha Velasco, con la que hice la serie Herederos... pues es de la que le dices «Concha, tienes dos horitas libres, túmbate en el sofá y descansa..» Y ella no se mueve en todo el día para que nada se descomponga...Y Emma Suárez, como actriz es alucinante las cosas que puede hacer, y Maribel Verdú igual.

-Trabaja también en exitosas series de televisión, como ‘Isabel’, ¿cómo es su labor aquí a diferencia del cine?

-En realidad hay pocas diferencias. Quizá que se juega con menos tiempo. Pero yo digo que un peluquero es peluquero en Córdoba, en Madrid o en Singapur... Y peinando a una niña para su Comunión, a una novia para su boda o a una actriz para una película.

-¿Tiene contacto con el gremio de peluquería en Córdoba?

-Pues muy poco, la verdad. Y nunca más he vuelto a trabajar ni en Córdoba ni en Andalucía. Lo de ser profeta en tu tierra... y la verdad es que me encantaría. Y eso que vengo mucho por Córdoba, mis amigos de pequeño siguen siendo mis amigos hoy y aquí está mi familia. Córdoba es mi punto de escape, cada vez que termino una película y tengo unos días me voy allí a pasear, a mi casa en el campo.

-¿Ahora en qué proyecto está trabajando?

-Acabo de rodar una película con Julio Medem, que se estrenará este año, El árbol de la sangre, y hago un trabajo de peluquería muy importante porque los mismos actores tienen un abanico de 25-30 años de edad. Por ejemplo, Ángela Molina aparece en la película con 50 años, con 60 y con 75. Ha sido para mí un reto enorme porque la caracterización de peluquería es muy importante y trabajar con Julio Medem ha sido un regalo divino. Espero daros buenas noticias para el 2019 con esta película.