Aprovechando el sonido de la palabra --quizás creo que suena--, tiene que sonar a la buena música que ofrece la guitarra de Paco Peña, que se encuentra en su mejor momento y que a pesar de lo de Gran Bretaña, pues irá a Londres para demostrar todo su talento.

El verano ya está aquí y no puedo dejar de recordar aquella noche en la sala de los Tiesos, de la casa de Rafael Carrillo en la Judería, en el comedor de arriba --un museo al que me gustaría volver ya mismo--, se homenajeaba a Julio Iglesias. Allí se encontraba el viejo califa, que añadió gaseosa al vino de Vega Sicilia que el cantante traía en su maletín de plata. Y cuando todos observamos con asombro aquel «sacrilegio» mira por donde, le preguntamos.

-Pero maestro, echarle gaseosa a uno de los mejores vinos del mundo... ya me dirá usted el porqué.

Don Manuel Benítez, siempre de actualidad, al escuchar nuestra pregunta sonríe y se lo bebe despacio. Y profetiza.

-Es un tinto de verano, así que como a mí me gusta, yo se lo echo…

Al cuerpo hay que echarle lo que te te pida, como esa moda actual de pedir una tapa:

--¿Qué quiere de tapa el caballero?

--Me pone un corrupto.

--¿Un corrupto dice usted?

--Sí, que tenga su buena ración de chorizo, o cualquier cosa de cerdo…..

Éste es el talento de la gente, que no es poco. La calle siempre habla y hace de idioma universal. Por eso, lo de «tico de verano»: porque me preguntan siempre, al llegar las calores, que ya están aquí:

--¿Y no se va usted de veraneo?

--Eso nunca, que si me paro me oxido.

Por eso seguiré aquí, a pie de obra, porque ustedes me alivian cada día. Mis lectores me refrescan. Son mi ventilador, qué les voy a contar.

Un día vino mi esposa a casa con una variedad de abanicos, para que elija el que más me agrade y me lo coloque en el bolsillo superior de la chaqueta de verano, que la tengo.

--Bueno, pues este.

Y el que elegí me quedaba formidable. Les juro por mi madre, y acerté. Porque era ni más ni menos que uno que decía: «Aire de Córdoba. Julio Romero de Torres».

Con eso y el tinto de verano, pues ya saben. Un Aire de Córdoba caluroso, aunque alcancemos lo más alto del termómetro. Paciencia, que ya vendrá el invierno.

Otro día tuve el privilegio de ver al maestro Enrique Ponce vestido con un smoking propio de los cobradores del Frac, o como se lo proponga. En definitiva, vestido de académico. Pero lo importante es que debajo de ese elegante traje está la femoral. Y deseo que la exponga todos los días, ya sea vestido de luces o de cruces, según el quiera por que es académico y además, de la academia de Córdoba.

Por cierto que el otro día, tuve el gusto y la alegría de saludar a un grupo de amigos de Baena... ¡Y lo que trajeron!, Al verlos, les pregunté:

--¿Cuál es uno de los grandes pintores de España y del mundo entero, que vive y pinta en Baena?

Y al unísono, por lo menos cuatro o cinco personas me respondieron en voz alta:

--¡Paco Ariza!

Me gustó cantiduby, de verdad.

Hay muchos tópicos sobre nuestra tierra y de nuestros imitadores siempre aprendemos nuestros defectos. A pesar de ello, llevo a Córdoba y a su gente en las sienes porque hay mucho arte, como el que derrocharon todos los artistas que actuaron en la Noche Blanca del Flamenco.

Ya termino. Estos días, me han preguntado mucho en la calle por la necesidad que tenemos de que vuelva a los escenarios el humorista Chiquito de la Calzada, porque la risa le hace mucha falta a esta sociedad que ya se ha acostumbrado a convivir con la tristeza. Y cuando estábamos hablando de él, me entero que desde que se nos fue Pepita la del Brillante, Chiquito ya no es el mismo y la tristeza se le nota mucho. ¿Qué podemos hacer por él, cordobeses?

Ya saben lo que dice cuando quiere hablar:

--A Córdoba le debo mucho. Allí conocí a Pepita, mientras trabajaba en el teatro de Manolita Chen. Y yo en cuanto la vi entre el público, allí arriba, pensé que esa niña es para mí... ¡Que te espero Lucas!

Así se escribe la historia. Córdoba siempre estará en mi oficio. Por eso les recomiendo que no me sean indecisos, una virtud del sur.

Lo primero, antes de leer este Perol, es votar... a quien sea. Mañana será otro día. El verano ya ha llegado a esta ciudad y esta historia se la ofrezco, hoy con una buena dosis de vino refrescante. Y a beber que son dos días, como ya dice el refrán. H