Periodista, fotógrafa y escritora, ha recorrido el mundo como realizadora de reportajes. Ahora publica Lola Montes, novela sobre la falsa española que quiso ser reina.

-’Divina Lola’ cuenta la historia de la irlandesa Elisabeth Gilbert, que triunfó en el mundo haciéndose pasar por bailarina andaluza. ¿Cómo surgió la idea del libro?

-La idea del libro surgió porque tengo debilidad por las mujeres viajeras y aventureras. Todos mis libros están dedicados a mujeres rebeldes y poco convencionales. Descubrí a Lola Montes cuando escribí mi primer libro, el de Viajeras intrépidas y aventureras, descubrí que una tal Lola Montes cruzaba el istmo de Panamá a lomo de mula en 1853. Y pensé: «Vaya mujer. Merece investigar».

-Lola Montes recorría el mundo huyendo de su pasado. ¿Qué dejaba atrás?

-A los 20 años, ya se había divorciado de su primer marido y es una mujer marcada por este motivo en aquella puritana Inglaterra victoriana. Y a los 20 años es cuando ella se crea este personaje de Lola Montes porque no tiene dinero y necesita sobrevivir.

-Actuaba en los mejores teatros para atraer a hombres nobles. Entre otros, a Franz Liszt. Pero sobre todo a Luis I de Baviera.

-Si estamos hablando de Lola, no es porque fuera una buena bailarina de flamenco, sino porque enamoró locamente al rey Luis I hasta tal punto que el rey tuvo que abdicar por ello, por su amor, y digamos que esta falsa andaluza cambió la historia de este reino.

-Luis I la convirtió en condesa, pero ella en realidad aspiraba a ser reina.

-El problema es que no se conformó con ser una cortesana al uso, sino que era una mujer muy ambiciosa y ansiaba más poder. Y lo que ocurrió es que en lugar conformarse con el título de condesa, con los regalos que el rey le hacía, ella empezó a interferir en los asuntos de Estado y, bueno, finalmente comenzó a circular por Europa la leyenda de que era la reina en la sombra en Baviera. Y eso selló su destino.

-Dice que los hombres eran su salvoconducto en un mundo en el que la mujer siempre queda en un segundo plano.

-Era su salvoconducto. Estamos hablando de una época donde ser artista, como era ella, ya era una profesión que, en el caso femenino, estaba tachadas¡ de inmoral. Eran mujeres que tenían unos salarios muy miserables, que no le daban para vivir. Y casi todas las artistas necesitaban protectores, hombres que pagaran sus facturas. Y Lola no fue una excepción.

-Además, escribió el primer libro de belleza de la historia, que además fue un best-seller.

-Esta es una de las curiosidades. Siempre cuidó mucho su imagen porque vivió de ella. Además era una mujer muy bella. Y en 1849 publica un libro titulado Las artes de la belleza o consejo de tocada de Madame Lola Montes. Para que te hagas una idea del éxito que tuvo, la primera edición vendió 70.000 ejemplares. Estamos hablando del primer libro de belleza de la historia y yo creo que escribió uno de los primeros best-sellers de la historia también.

-Le gustaba mentir. Decía que había nacido en Sevilla. En 1849 visitó Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y residió un tiempo en Cádiz. ¿Pero nunca visitó Sevilla?

-A ella, cuando le preguntaban, siempre decía que había nacido en Sevilla en el seno de una familia de rancio abolengo de la ciudad. Y que su padre que había muerto, era un héroe, en las guerras carlistas. Yo no sé si Lola llegó a pisar Sevilla. Yo creo que sí, alguna vez, porque me resulta imposible que engañara a todos haciéndose pasar por sevillana sin haber estado en la ciudad. Pero no he podido comprobarlo.