Después de 42 años al frente de Akelarre y mantener desde hace 10 tres estrellas Michelin, el chef vasco Pedro Subijana ha logrado, ahora, hacer realidad su «sueño de casi toda la vida»: abrir un hotel de lujo junto al restaurante y poder ofrecer así «una experiencia gastronómica completa». El camino hasta aquí no ha sido fácil y de él hablan, en una entrevista, el prestigioso cocinero donostiarra y su hija Oihana, gerente del nuevo hotel Akelarre (5 estrellas), inaugurado el pasado 1 de julio y construido como una extensión del edificio original del restaurante. Ambos han quedado integrados en un sólo complejo con un diseño espectacular, escalonado sobre las faldas del monte Igeldo, en San Sebastián, y coronado por el famoso comedor octogonal. Las vistas son increíbles y el conjunto parece colgado directamente sobre el mar Cantábrico.

Se trata del único hotel de España que nace a partir de un restaurante «triestrellado», cosa que sí ocurre a la inversa, además del segundo de la máxima categoría que hay en la capital guipuzcoana, que hasta ahora sólo contaba con el María Cristina, aunque su «fórmula familiar» y su gestión directa --asesorada por el grupo Marugal Distinctive-- lo hacen «diferente». Abrir el hotel «supone haber conseguido algo que era un sueño y tenía pocos visos de convertirse en realidad», afirma Subijana, tras recordar cómo en el 2008, con las obras iniciadas, el proyecto se frustró por los problemas económicos de su socio inversor durante la crisis.

Desde entonces, y hasta que logró otro acuerdo que «sintonizara» con sus deseos, el proyecto estuvo parado y «durante los 8 años de impás que sufrimos», no le faltaron momentos de «querer abandonar». La idea, no obstante, es anterior, ya que «siempre» pensó que «el mejor acompañamiento» para un restaurante de autor como el suyo era un alojamiento. De hecho, conforme la discoteca Ku --su vecina-- inició su declive, que concluyó en cierre, el «sueño» de Subijana se hizo más intenso y, en varias fases, fue comprando las instalaciones de la antigua sala de fiestas.

«En el 2015 fructificó un acuerdo con un nuevo socio, la familia Urtasun», originaria de Pamplona y afincada en Madrid y San Sebastián --narra el cocinero--, con la que firmó un segundo proyecto y las obras se reiniciaron el año pasado. La arquitecta Marta Urtasun y su estudio Mecanismo se encargaron de modificar el plan inicial y de toda la construcción y diseño del nuevo complejo. «Se implicaron totalmente», lo que ha sido «fundamental». De estilo contemporáneo y elegante, la decoración integra, a través de enormes ventanales, el mar y el verdor del entorno con un interiorismo a base de materiales naturales como pizarra, roble y cristal.

También destacan sus terrazas circulares y la escalera central de caracol en hierro fundido hecha en los talleres de Andoain (Gipuzkoa). El nuevo alojamiento ofrece «una experiencia mucho más completa» a quienes desean «pegarse el homenaje en Akelarre» y «no tener que irse» después de comer, señala Oihana Subijana, quien añade que, incluso los que no se alojan, pueden disfrutar de las terrazas y el resto de áreas comunes del complejo. No niega sin embargo que durante el casi mes y medio que lleva abierto --con una ocupación del 95%---, han tenido ciertas dificultades para «coordinar» el deseo de última hora de algunos huéspedes, que han llegado motivados por su afición a «hoteles especiales» pero quieren también probar la cocina del Akelarre, cuya disponibilidad es escasa.