Me refiero, claro está, que ya lo habrán adivinado, a las cuerdas de la guitarra. Seis tan solo son suficientes. Me lo dijo un día el maestro Andrés Segovia, con el que yo viví momentos muy importantes.

Como aquel viaje por el sur, cuando me aseguró don Andrés, siempre vestido de Segovia, con la chalina y el sombrero Chamberlain, y a lo lejos Salobreña, recién nombrado marqués por el hoy emérito rey Juan Carlos, del que traemos su foto a este perol, por si lo hemos olvidado, como ocurrió en el Congreso.

«El Rey me ha ofrecido tres títulos nobiliarios --me dijo Segovia--, el de marqués de Linares, de donde soy, el de Los Cármenes de Granada, que me parece demasiado literario, aunque bello, y el de Salobreña, que es a donde vamos»…

Y también me aseguró:

--Que sepas que tengo una guitarra hecha con ciprés de Granada, y las cuerdas, que si son buenas, han de ser de cerdo…

De cerdo de la Alpujarra decía él. ¿Cómo sonaría una guitarra hecha por un artesano cordobés, claro, trabajada en una madera de un viejo olivo de los nuestros y que las venas del porcino fueran, por ejemplo, de los que pastan en Sierra Morena?

También pensé titular este perol «Tábanos y mariposas», pero luego me dije, ¿y si se cabrean los que se parezcan a los tábanos? O lo que decía aquel otro:

---No te olvides que, aunque las abejas hagan miel, pican igual que pican las avispas.

Que los expertos me ofrezcan su magistral conocimiento sobre el tema. Yo lo que sí sé es que he degustado la miel, por ejemplo, de nuestra sierra, cualquiera que sea la sierra, y he sentido el fulgor del sabor de la mejor miel del mundo. Por cierto que, no me manden miel, porque no puedo tomarla. También, por tener de todo, tengo hasta diabetes.

David Bisbal se ha ido encantado, y lo sé de fuentes muy cercanas, de su paso por Córdoba, donde ofreció un concierto inolvidable en la plaza de Los Califas.

Y algo que no quiero olvidar ni un día más. Mi felicitación a la nueva directora del hospital Reina Sofía, la buena profesional Valle García Sánchez, la doctora que, además, después de leer todos sus proyectos, me encanta que esté ahí, en ese ejemplar, y así debo decirlo, centro de la salud, corazón del transplante que es nuestra referencia cordobesa y andaluza en la sanidad pública.

Por cierto, que sepan que a Piqué le llaman Shakiro.

Y doy noticia de que a la reina Sofía, cada día mas reina, que va por ahí para conocer más cerca la civilización mozárabe --siempre que puedo hablo de ella--, le gustan, y lo sé, las berenjenas que se hacen en el Churrasco, del que llevo sin escribir tanto tiempo.

Carmen Calvo, a la que ha entrevistado esta semana en nuestro periódico Rosa Luque, con lo cual son dos alegrías juntas para mí. Veo por la entrevista que la exministra tiene grandes luces al fondo del oscuro túnel, hasta hace poco de su partido.

Ángela Molina escribe su libro, ya era hora, y espero que en él esté Córdoba, que sé que le gusta tanto. En su día la llamé las mejores ojeras de España, que ya saben el dicho que dice: «Mujer guapa y con ojeras, está queriendo de veras». Y perdonen por el cambio.

Y no olvido que estaré por ahí mañana, lunes, por Córdoba, aunque siempre la llevo dentro, para hablar en esa mesa culta de verdad, en la Fundación Cajasol, cómo no, de Manolete. El director me ordenó que estuviera, aunque solo sea para estar en ese sanedrín donde soy el que menos sabe, pero uno más de los que sienten.

Y antes de seguir, quiero echar fuera cuanto antes una observación. Muy difícil veo lo del reencuentro Pedro Sánchez y Rajoy. Les diré por qué. Desde el día aquel que toda España vio que el presidente dejó con la mano en el aire al representante del partido socialista se rompió para siempre el encuentro. Y si no, al tiempo.

Y cuando regreso con mi cuerpo viejo y cansado al tren, que me devuelve a Madrid pero no me saca de Córdoba, poso la cabeza en ese cartel que dice: «37º Festival de la Guitarra de Córdoba. Del 30 de junio al 9 de julio del 2017». O sea, Córdoba en mi cabeza, pero también en mi corazón. ¡Qué me van a contar a mí, que soy de la tierra de los Habichuela!