Pablo, el primer hijo de Mari Loli Peso, una joven de Palma del Río, nació con solo 34 semanas, por lo que ha tenido que estar ingresado casi dos meses en la Unidad de Neonatos del Materno Infantil del hospital Reina Sofía. Anoche por fin este pequeño recibió el alta y pudo dormir en su casa de Palma del Río por primera vez, junto a sus padres. Desde el 22 de mayo Mari Loli no se ha movido del lado de Pablo en el hospital, contando para ello con la importante ayuda de poder hacer uso del hotel de madres, un recurso que lleva una década implantado en el Reina Sofía y que ha facilitado que más de 800 mujeres preserven el vínculo con su recién nacido. «Poder comer, asearme y dormir en el hotel de madres me ha permitido estar con mi pequeño cada 3 horas, que son los horarios de visita, para entrar a cogerlo y alimentarlo. Así, no he tenido que estar yendo y viniendo a mi pueblo para dormir y me sentía más tranquila estando lo más próxima a él», señaló ayer Mari Loli.

Cerca del hotel de madres, en la planta menos uno del Materno, está el lactario, donde Mari Loli se extrae leche materna que luego con un biberón le da a su pequeño. «En realidad solo se puede permanecer 15 días en el hotel de madres, pero en mi caso como ha habido una cama libre todo este tiempo he podido hacer uso de este espacio casi dos meses de forma excepcional», apunta esta palmeña.

En el hotel de madres Mari Loli convive con Pilar Mármol, de Valenzuela. La hija de Pilar, que se llama como ella, nació en su tiempo, incluso de 41 semanas, pero, ha tenido que quedarse ingresada debido a una infección que le están tratando en el Reina Sofía. «Llevo cinco días en el hotel de madres y puede que nos quede un poco de tiempo más aquí. Después de un parto muy largo y doloroso no me imaginaba que mi niña se tendría que quedar hospitalizada. Ha sido muy duro. Pero al menos existe el hotel de madres, porque con lo lejos que está Valenzuela no iba a poder irme allí a dormir. Aquí estoy cerca de mi hija, tengo una cama para descansar y otras madres con las que hablar», expone Pilar. Estas dos madres agradecen la existencia de este hotel, ya que las cuatro habitaciones de las que consta disponen de baño individual. Y el servicio incluye también la comida y limpieza de las dependencias. «Si tuviera que ponerle una única pega es que me gustaría que este hotel de madres pudiera estar en un lugar fuera del sótano, con luz natural», añade Mari Loli.

El hospital Reina Sofía explica que las mujeres que hacen uso de este particular hotel son progenitoras que acaban de dar a luz y tienen sus bebés ingresados en la unidad de Neonatología, dependiente de la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría y sus Especialidades, que se encuentran en situación de especial dificultad.

Entre los criterios para poder optar a usar el hotel de madres figuran que estas mujeres necesiten permanecer en el hospital a tiempo completo con su bebé y presenten dificultades de acceso al centro, bien por lejanía desde su lugar de residencia o por factores socioeconómicos.

El personal de enfermería se ocupa de detectar las necesidades de alojamiento y las trabajadoras sociales del hospital son las profesionales encargadas de gestionar las demandas y el alojamiento de las mujeres en este espacio. También colabora el personal de hostelería y de limpieza. Alicia García, una de estas trabajadoras sociales, destaca que «este hotel cumple una función básica para el bienestar y la recuperación de las madres como es el apoyo emocional entre las propias progenitoras al compartir vivencias similares en una situación de especial vulnerabilidad».