El reconocido paleontólogo Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos, es un enamorado de Córdoba, que pisa cada vez que tiene ocasión. Ayer se encontraba en la ciudad como miembros del jurado del concurso de relatoss que organiza el Museo Arqueológico de Córdoba.

-Ha visitado el Museo Arqueológico de Córdoba dos veces en un mes, ¿tienen algún proyecto entre manos?

-Y se me hacen pocas, ojalá podamos hacer algo entre el museo de Burgos y el de Córdoba, de exhibir algunas de las piezas de las muchas y maravillosas que hay aquí, allí en Burgos, en el Museo de la Evolución Humana, a ver si podemos.

-Está de jurado en el concurso de relatos, ¿qué le parecen este tipo de actividades para difundir el museo?

-Me parece una excelente iniciativa, está muy bien y por lo que veo tiene mucho eco, interesa a mucha gente y tiene mucha calidad.

-¿Qué posibilidades hay de aunar esfuerzos entre Burgos y Córdoba?

-En primer lugar, esta experiencia misma del concurso de relatos ya me parece una posibilidad para llevar a otros museos, y aprender de museística. Y luego aquí hay materiales espléndidos que no se conocen por allí, en Burgos, ni en otras partes de España y a partir de aquí se pueden organizar cosas juntos.

-Precisamente el Museo Arqueológico cumple 150 años, ¿cómo lo catalogaría dentro de la red de España?

-Tiene unos materiales únicos, pues como en Córdoba hay tanta historia y restos arqueológicos, aquí se atraviesa toda la historia de España desde el principio. Están representadas muchas épocas, y al mismo tiempo destacar la continuidad, es lo que ocurre en Córdoba, que todos los periodos no están desconectados, se continúan.

-El museo necesita una ampliación y lleva esperando tiempo la rehabilitación del Palacio de los Páez...

-Sí, el lugar es magnífico. Estuve en las jornadas de arte floral y el edificio es magnífico. A Córdoba, cuando eso esté funcionando, le va a dar mucho atractivo, es lo que le falta.

-¿Cómo ve un paleontólogo de su prestigio la evolución humana en estos momentos?

-Todas las generaciones piensan que han vivido una época histórica y yo creo que en nuestro caso es cierto. Es decir, que hay periodos en la historia que son como bisagras, que articulan periodos, y yo creo que estamos en uno de ellos. En el campo de la biotecnología, el desarrollo que se está produciendo en los últimos años es algo que va a cambiar muchas cosas. Estamos en un periodo un poco como el final de la noche, que no termina de acabar el día pero tampoco amanece el siguiente. Un periodo de zozobra en el que no acaba de morir un tiempo y tampoco termina de nacer otro. Seguimos un poco con lo viejo y no acaba de nacer el siglo XXI.

-¿Y cómo ve el periodo siguiente de nuestra historia?

-La ciencia nos proporciona un potencial para vivir mejor y más, y es cuestión de aprovecharla. Yo soy optimista por obligación porque el pesimista no hace nada.

-¿Qué sería de nosotros si las piedras y los huesos no hablaran?

-Pues no sabríamos quienes somos. Yo siempre digo que, a nivel individual, cada uno sabe quién es por su biografía. Si a uno le privan de su memoria vital, no sabe quién es ni qué pensar. Pues a las sociedades les pasa lo mismo, si no conocen su historia no tienen identidad. Por eso, la historia es lo que nos proporciona una identidad, una biografía.

-¿Hay éxito de público en Atapuerca?

-Tenemos muchas visitas, no nos podemos quejar. Es una visita combinada de los yacimientos con el museo, lo que es bastante completo.