Exótico pero nuestro. Formaba parte de nuestro paisaje habitual, de casi siempre. Este año vamos a jartarnos de crema catalana. O sea, hasta el gorro, hasta más allá de las doce de la noche, incluso por encima de los lindes, las lindes, de la Nochebuena.

Menos mal que en este plato-medalla aparece sonriente esa niña que, aunque nacida en Jerez de la Frontera, que ya es un dato a tener en cuenta, se llama Inés Arrimadas y se ha llevado el gato al agua en el norte. Aunque no gobierne. Pero menos da una piedra, y no me refiero a la piedra de María Lapiedra, que nos va a romper el cliso, la de la tele digo. Pobre criatura entre el bien y el mal que está dando de sí por dinero lo que no está escrito en los papeles. Bueno, pues Inés Arrimadas, la nueva princesa de la galaxia Monserrat. Me gusta muchísimo esta criatura, que aunque no mande, ya manda. Es buenísimo su rostro para iluminar esta crema catalana de esta noche de Nochebuena, en la que deben saber ustedes que el villancico menos cantado va a ser:

-Pero mira cómo beben los peces en el río...

Por la sencilla razón de que no hay agua. La sequía, que no cesa. Sin embargo, alegría al saber que por fin a Chiquito de la Calzada, insisto, le dan la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes, de lo que me alegro tanto. Ya saben que ha sido este año en su presencia y su ausencia uno de nuestros preferidos. La Nochebuena se viene, la Nochebuena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos más.

Que es un villancico, siempre usado, siempre agradecido. Esta es la noche esperada y mañana Navidad, con el punto dulce del postre, que si éramos pocos, encima parió la abuela.

¡Maldita sea la política, que nos enturbia todo! Resulta que hacemos algo para terminar de una vez por todas y estamos como al principio. Mariano Rajoy, al que en su día y en persona ya saben que le dije aquello de:

-Señor presidente, soy compadre de dos toreros. Uno, Curro Romero, y otro, Manuel Benítez. Por eso, tengo la autoridad para decirle aquello de a veces torea usted con el arte de Curro y a veces hace usted El salto de la rana como don Manuel.

Ahora ha hecho de don Tancredo. Que también es un personaje taurino, ya saben, el que permanece en pie como si nada, mientras el toro le huele el aliento. Permanece derrotado o semi, pero torre de arena, en la mitad del ruedo de España, más ruedo que nunca.

Esta mañana fue de niebla, según me han contado, así que esta noche frío y zambomba, y sobre todo, ya se sabe, a ver lo que viene. Córdoba, como siempre, en la cresta de la ola, que si esta mañana ha sido de niebla, ya saben, esta noche, noche de alegría. Que no nos merme la esperanza, que es lo último que se pierde. Es gratis.

Mi amigo Enrique Iglesias, al que yo hice el primer reportaje de su vida, que va y le dice a un amigo mío, que está cerca de él, muy cerca en su casa de Miami, que yo conozco.

-Yo sí que voy a ser un buen padre.

Tampoco es por especificar, claro que no; no es bueno apuntar con el dedo por si se dispara, pero él sabe lo que se dice. Le deseo lo mejor a él y a su esposa, madre de sus dos, de pronto, criaturas a las que ganar el pan.

Y decirle adiós, por ahora en los fines de semana, a Isabel Gemio, que se nos va de la mañana del finde de Onda Cero. La vamos a echar de menos.

Como si no se remedia, este año que viene también vamos a tener fuera de vista al niño de Galapagar, ya saben, José Tomás, al que queremos y deseamos tanto.

Recibo, por fin, Dolmen, del maestro Manuel Pimentel, siempre escribiendo bajo la encina de su talento. Gran libro, resucitado sin género de dudas, siempre fresco y actual.

Este año que viene, o sea ya, y no es una amenaza, voy a intentar, por lo menos intentarlo, buscar mis viejos versos de niño, que los tengo, aunque sea en redondas cajas de sombreros, de otros siglos…

Y se nos fue Aline Griffith, condesa viuda de Romanones, grande dama de España, espía de la CIA, que todos los años me enviaba por esta fecha un queso de su finca de Extremadura. Levanto por ella, fue una gran mujer, esta copa del Gaitero sin alcohol.

Y me siento feliz porque también este año Pascual Rovira me ha enviado desde Rute, como siempre hace, su caja rica de Navidad.

Otra vez este año, y más esta nochemediobuena, Córdoba más que cerca la llevo ¡dentro!

Y de postre, lo dicho, crema catalana, con su punto amargo. Mañana será otro día. Y en cuanto a lo de la lotería del viernes, ya saben lo que dice Manuel, mi amigo de Córdoba.

-Madrecita, que me quede como estoy.