«Llega mayo con su aroma, su música, su calor y su color llamando nervioso a tu puerta para abrirla al mundo recordándote siempre, Córdoba bella, que tú has sido y eres una hermosa flor abierta». Así lo proclamó anoche la actriz cordobesa Susana Córdoba en su pregón del Mayo Festivo ofrecido en el Salón de Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos, en el que no solo hizo un canto a las Cruces, los Patios o la Feria, sino que también ensalzó la ciudad, «ejemplo de pluralidad y convivencia», y reclamó a todos los cordobeses que «no olvidemos la apertura y la coherencia».

Vestida con un original y elegante traje rematado con volantes en blanco -«el color de la pureza de tus fachadas y el de la luz de tus mañanas», señaló-, Susana Córdoba dibujó mayo como «el mes de la alegría, la primavera, la noche lorquiana, el murmullo del agua en los arriates, y el canto y el llanto de la guitarra». «Te lo mereces todo, bella sultana», clamó la actriz antes de confesar que quiere para Córdoba «la alegría sincera en torno a una Cruz de Mayo, que llega chispeante a nuestras plazas tras la mejor de las batallas, la única que debe existir, llena de mil flores»; que desea «compartir» la ciudad «con la pasión adolescente del que todo lo ama, brindarte cata a cata, saborear tu aroma de viñedo fértil y generoso, y palmear las risas y sonrisas de tu gente», así como «embriagarme de azahar vistiéndome de flamenca y llevarte de feria en feria».

En un sentido pregón, brillantemente interpretado, y siempre «mirando al mundo con ojos de niña inquieta», la artista pellizcó el mayo cordobés con el sentimiento de quien, reconoció, se siente agradecida «por este regalo que Córdoba me devuelve y que llevaré en mi alma como llevo su nombre».

Pero no solo hubo sueños y elogios a lo largo de su intervención. No quiso «ni idolatrar» Córdoba «más de lo que ya hicieron los sabios», ni quedarse «en la superficie de tu bella orilla para contemplarte». «Quiero pringarme, mojarme, penetrar en la profundidad de tus aguas y bañarme en tu historia», advirtió. Así, dijo, «has sido ejemplo de pluralidad y convivencia, de respeto y comunicación, a través de la cultura y la ciencia, siempre de la mano las dos y siempre con las manos abiertas», resaltó la actriz sobre Córdoba, «una ciudad llena de poesía que en sí misma es un poema», afirmó antes de lanzar un mensaje, un deseo, una petición. «Siempre has sabido crecer de tus pérdidas. Por ella, por nosotros, por todos los que somos y seremos ella, no olvidemos la apertura y la coherencia», reclamó a los cordobeses.

En la presentación de la pregonera, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, habló de mayo como «el mes cordobés por excelencia, en el que se concentran las esencias de esta ciudad como en ningún otro». De Susana Córdoba destacó su «permanente disposición» para colaborar con la ciudad y dijo de ella que representa «el talento y el esfuerzo». La actriz, que se formó en la Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba, es conocida, entre otros trabajos, por sus papeles en las series televisivas El Príncipe y El Ministerio del Tiempo. El acto, al que asistieron diversas autoridades, se cerró con la actuación de Francisco Prieto Currito, premio nacional de guitarra flamenca del Concurso de Arte Flamenco de Córdoba, que puso el broche perfecto al pregón de mayo, «el mes de la alegría, la norche lorquiana, el murmullo del agua en los arriates, y el canto y el llanto de la guitarra».