-Escribe Risto Mejide en el prólogo de su libro: «La mayoría de las cosas sobre las que escribe Manu me la pelan». ¿No le dio por arrancar esa página?

-Pues no. La verdad es que tardé unos segundos en encajar el inicio del prólogo de mi amigo, pero me parece perfecto. Porque yo no quería que esto fuera un prólogo que viniese a nadar en la misma dirección que yo. Me apetecía que esta surnormalidad profunda la prologase un catalán. Pero además de catalán, es amigo, es incómodo y tocahuevos como yo. Y estaba seguro de que después se terminaría explicando. Así que nada era como parecía al principio.

-Efectivamente. En otro párrafo se corrige: «… cómo se puede tener tanta mala leche tan bien embotellada».

-Ahí llega el secreto. Creo que Risto ha querido hacer un prólogo al estilo en el que yo hago las columnas en la radio. Él dice que parece que empiezo diciendo una cosa para acabar haciendo un juego.

-«Por decirte la verdad en este libro te reirás». En los análisis de sangre, ¿no le sale sobredosis de ego?

-Todavía no me he tenido que hacer ninguno y más haciendo el humor que el amor con desconocidos.

-Se atreve a decirle a los del Isis que no tienen huevos de venir a por Al-Ándalus. ¿No teme que le tomen la palabra?

-No. Les digo que no tienen huevos de ser Al-Ándalus. Que Al-Ándalus no es un sitio, ni un lugar, ni un tiempo. Al-Ándalus es una forma de entender el mundo. Al-Ándalus fue en su momento lo más avanzado de la civilización. No hay huevos de ser Al-Ándalus.

-Ya no sabe qué hacer para que dejen de tratarle como una cara bonita, un objeto de deseo, un icono sexual. ¿El éxito tanto distorsiona la imagen?

-¿Has visto como te reías? Te dije antes que la gente iba a reírse. Igual era de mí. Pero espero que en el libro, en algún momento, se rían. Obviamente, para hacer humor, el secreto es empezar riéndote de ti mismo.

-Actor, humorista, guionista, columnista, comentarista. Y ahora autor de libros. ¿Para cuándo lo de presidente del gobierno, como le prometía a su madre de pequeñito?

-Le pregunté a mi maestro el sabio Tarifa: «¿Juan Luis, usted no ha pensado nunca dedicarse a la política?» Me dijo: «Manu, ¿la política? Yo siempre he servido para trabajar».

-En Andalucía el humor es nuestra forma de supervivencia. Dice que tenemos un sentido del humor muy parecido al de los vascos.

-Sí. Yo creo en Euskal-Ándalus. Creo que tenemos esa capacidad de reírnos de nosotros mismos mucho. Y creo que tenemos esa capacidad de entender la realidad. Estamos siempre alerta. Y a los vascos les pasa. Pero los vascos tienen una cosa más que nosotros. Amor propio. Nosotros tenemos mucho amor para darlo pero nos falta el amor propio.

-El ‘procés’ de Cataluña no es tema de risa. Sin embargo, ha inspirado multitud de chistes y de viñetas. ¿Por qué?

-Bueno, decía El Peña en un cuarteto de Cádiz: «De momento aquí están sirviendo de cachondeo». Así que no será tema de risa, pero está sirviendo de cachondeo. Bueno, porque creo que no se sostiene su argumentario. Creo en la autodeterminación y en la soberanía de los pueblos. Pero este argumentario xenófobo, supremacista y agorafóbico no lo compro.

-Cuando hacías ‘El Rey Solo’ en Barcelona, al final de la función, Risto Mejide pidió matrimonio a Laura sobre el escenario. ¿Te conmovió ese acto sobre todo proviniendo de alguien sin piedad como Risto?

-No. No me conmovió. Me acojonó. Y pensé: «¿Qué están haciendo con mi amigo?» Ha pasado el tiempo y me alegro. Lo están cambiando pero para mejor.