Ligada a la música desde la niñez, María Isabel Sánchez Millán, conocida artísticamente como Mabel Millán, se ha convertido en la primera artista clásica cordobesa nominada a uno de los Premios Grammy Latinos, considerados los Óscar de la música. Su interpretación de Sonata Decamerón Negro, obra del compositor cubano Leo Brouwer, opta al premio a la mejor composición clásica contemporánea, una mención «inesperada» que, sin embargo, no ha conseguido despegarle los pies del suelo.<b>

-Uno de los temas que forman parte de su primer trabajo discográfico, ‘Gran Recital’, opta a un Grammy Latino. ¿Cómo lo lleva?</b>

-Aún no me lo creo. Aposté por esta obra, fui la primera que la versionó, y más tarde fui también la primera en grabarla, por lo que es un estreno mundial. Que ahora esté nominada ya supone un premio para mí.

<b>-¿Cuál cree que son los motivos que han llevado al jurado a elegirla entre las mejores composiciones?</b>

-Es una obra muy completa. Hoy día es mi favorita. Se compone de cuatro movimientos y cada uno me lleva a la historia que transmite Leo Brouwer: danza, gritos de tribus… Es increíble cuando la propia obra consigue llevarte a esos lugares tan recónditos.

<b>-¿Qué le llevó a incluirla en su disco?</b>

-Esta obra la estrené en Madrid, con el maestro Leo Brouwer entre los asistentes. Fue un riesgo importante que asumí en su día, y que obtuvo el beneplácito del maestro. A partir de ahí, hice una grabación de la misma para RNE, la he tocado en muchos conciertos y concursos y, cuando surgió la propuesta del CD, no dudé en incluirla.

<b>-Primer disco y logra situarlo entre los finalistas de los Grammy Latinos. Se ha puesto el listón muy alto.</b>

-Es una responsabilidad pero, a día de hoy, estando el mercado laboral como está, y mucho más en el mundo del arte, solo me planteo el día a día. Si surgiera algún nuevo proyecto discográfico haría igual que en este y que en toda mi vida: poner los cinco sentidos y exigirme lo máximo.

<b>-¿Tiene algún proyecto en mente? Seguro que muchos artistas quieren colaborar con usted.</b>

-La música clásica no es como el pop. De momento tengo el móvil colapsado de llamadas, pero son cosas que están en el aire y, como yo soy muy de tierra, prefiero tomarme las cosas con calma y continuar con lo que venía haciendo: los conciertos que tengo cerrados y mis oposiciones.

<b>-Precisamente, la nominación le llega a pocos días de sus oposiciones de Judicatura. ¿Nunca se ha planteado vivir de la música?</b>

-La música es muy complicada a día de hoy y totalmente inestable. Casi nadie vive de los conciertos de música clásica salvo David Russell. Es mi gran pasión, pero tengo 24 años y también necesito una independencia que, a día de hoy, no he tenido, a pesar de que llevo toda mi vida estudiando. El Derecho es otro mundo que, aparte de que me encanta, te da la independencia que todos buscamos.

<b>-¿Le ha sido difícil labrarse un camino en el mundo de la música?</b>

-Mi curriculum vitae está hecho a base de esfuerzo. Presentarme a tantos concursos no era, ni más ni menos, que para conseguir conciertos, coger tablas y que el público viera mi directo. Eso me ha permitido conocer muchos lugares e innumerables amigos.

<b>-Se inició en la música junto a su hermana gemela, con la que formó un dúo de guitarra y piano. </b>

-Comenzamos con cuatro años en nuestro Colegio de la Asunción, donde comenzamos a cantar los solos en el coro. Toda mi vida he actuado con Celia. Ella escogió el piano y yo la guitarra y los unimos como lo hubiésemos hecho con cualquier otro instrumento. La unión no solo es musical y eso se percibe sobre el escenario.