Cuando el marisco se recogía en blanco y negro ya había establecimientos que se embarcaban fuera de nuestra tierra, hace ya muchos años, para que los cordobeses disfrutaran de artículos frescos y de calidad. Tiempos en los que no estaban al alcance de todos y sus responsables consiguieron, con mucho esfuerzo, que estos productos pudieran ser disfrutados por la gran mayoría de familias. Este es el caso de una de las señas de identidad de Córdoba: La Gamba de Oro. Un restaurante que ha superado todo tipo de avatares a lo largo de cinco décadas y que sigue navegando viento en popa.

Por ello, Francisco Arrebola y Rafael González, los socios actuales de La Gamba de Oro, organizaron anoche una velada única. Ambos estuvieron acompañados de un gran número de familiares y amigos, así como personalidades del mundo de la política, el deporte, el comercio, la hostelería y la comunicación, para conmemorar el 50 aniversario de este restaurante cordobés, especializado desde sus comienzos en la venta de todo tipo de mariscos llegados de los puertos españoles. A la cita no faltó Manuel López Parra, fundador de este mítico establecimiento, situado en los Olivos Borrachos, quien manifestó a este periódico que «es todo un orgullo poder participar en esta efemérides, sobre todo porque han sido muchos años de trabajo y dedicación para ofrecer a los cordobeses el mejor marisco de la ciudad».

La Gamba de Oro fue uno de los restaurantes que primero introdujeron el marisco de calidad en la ciudad, consiguiendo a lo largo de décadas deleitar a familias enteras, empresarios, autoridades y turistas. Como otro restaurante típico que lleva de apellido Oro, que se puso de moda casi por las mismas fechas, La Gamba le pone el broche «de oro» a esta celebración cargada de momentos emotivos en los que no faltaron los recuerdos del paso del tiempo a través de un vídeo que Francisco Arrebola y Rafael González prepararon para la ocasión.

Francisco Arrebola agradecía anoche «la magnífica respuesta que hemos obtenido, lo que pone de manifiesto que este restaurante sigue siendo un emblema de nuestra ciudad, de lo que realmente estamos orgullosos». Con estas mismas palabras reflejaba su alegría su socio Rafael González, que sigue navegando en alta mar, como el creador de esta marca, para seguir potenciando la firma «como sinónimo de calidad y excelencia», apuntó.