Lo mejor del mayo festivo, el mes de las flores, de las cruces, los patios, las rejas y balcones y la Feria, se reunió ayer, un año más, en el Jardín Botánico, un entorno tan verde como la esencia misma de este mes, para recibir de manos de la alcaldesa el reconocimiento al trabajo bien hecho. Así, recibieron el galardón las mejores cruces, los 17 patios (entre mención especial, arquitectura moderna y antigua) y las mejores casetas de la Feria. El encuentro también dio la oportunidad a la alcaldesa, Isabel Ambrosio, para que además de agradecer el esfuerzo de los que hacen posible el mayo festivo, se comprometiera a buscar soluciones a las principales amenazas de la fiesta. «Somos conscientes de las aglomeraciones en algunos entornos durante las cruces, de la saturación en los patios y de la necesidad de mejorar el recinto ferial», enumeró la alcaldesa, para a continuación ofrecerse a «escuchar y debatir propuestas». Tras constatar el problema que supone para Córdoba y su potencial como reclamo turístico la saturación de los principales elementos patrimoniales, Ambrosio abogó por «la sostenibilidad del modelo». Este anuncio no es nuevo. Hace dos años, la alcaldesa ya anunció «un cambio radical» en la concepción de la fiesta de los patios, a raíz de la polémica surgida en torno a los controladores, un cambio que sigue siendo asignatura pendiente. Lo que sí quiso poner en valor son las acciones que han aliviado la carga de los cuidadores, como la bonificación del IBI o el gasto de agua en las casas patio que participan en el concurso. El resto de cuestiones pendientes del mayo cordobés, incluida la reforma del recinto ferial, siguen en proceso de definición. La diferencia es que este es año electoral.