Anoche vi llover estrellas. Es un hermoso espectáculo, las cosas como son. Lloraba el cielo, podría decir, pero eso también nos sirve para cuando llueve, que buena falta nos hace que llore en Córdoba, que acaba de dar otra vez la temperatura más alta de España. Otro récord nuestro aunque nos guste menos. Por eso, esta misma mañana cuando escribo, día de Santiago apóstol, el del caballo blanco, solo he tenido que recordar la noche de estrellas en el Mediterráneo, donde descanso a ver si los huesos me aguantan este invierno, que lo dudo.

Las lámparas de luz que adornen a Santiago apóstol de por vida, decía el Gran Capitán en sus legados, deben ser alimentados por aceite de nuestros olivos del sur. ¿Se continúa con la tradición? En tanto que lo investigamos, que Córdoba es tierra de muy buenos estudiosos de la historia, decirles que la heredera de aquel enorme soldado español --que de haberlo querido habría sido rey de España-- es Cayetana, la duquesa de Alba, que siempre digo que es como nuestra. Y sigue volando. No hay quien la ate ni a Dueñas, una de las más hermosas prisiones para ella del mundo entero. Ahí la tienen, en San Sebastián, donde disfruta de una hermosa casona frente a la mar, que aunque ya es propiedad de su hijo, el conde de Salvatierra, cuando ella falte, su marido le ha puesto un cine, que es una de las cosas que más le gustan en el mundo. ¡Ay duquesa, que no paras!.

Ella es la primera estrella de verdad de este domingo de calorín. Y a continuación, tras la duquesa, la niña de El príncipe, la serie de la tele, ¿recuerdan? Resulta que Hiba Abouk se nos ha enamorado del buen y joven cantaor de flamenco Nani de Córdoba, según dice la portada de la revista Cuore , y le ha robado el corazón. Y también añado que él, creo, es familia de los Cortés, entre los que se encuentra don Joaquín el grande que, tomen nota, había recibido en su día la petición de que Michael Jackson le permitiera usar uno de sus pasos de baile.

Luceros de todo tipo y momento. Eva Longoria, adicta al salmorejo, acaba de llegar como todos los veranos a la mar donde nosotros pasamos o intentamos pasar nuestros merecidos días marinos, que no hay más que asomarse a la lista de donde podemos encontrar nuestro periódico, aprovechando la jornada de sal y sol.

Y lo que es del palabreo común, que Isabel Pantoja y su hija Chabely han vuelto a reencontrarse. ¡Cuánto me alegro! En unos días, doña Isabel y su hija, a la que llaman Isabel II, harán su reencuentro oficial el mismo día que la reina de la copla cumpla 57 años, que la hacen una estrella de luz sin igual, a pesar de todo, a pesar de tanto. Yo les debo decir que a esa niña lo que le falta es asentar la cabeza y saber que sin su madre sería solo esa niña que nadie conocería abandonada en Perú. Yo le hice el primer reportaje de la niña cuando Pantoja se la trajo de América. ¡Cómo pasa el tiempo!