Ahora que está tan de moda saber, conocer, dialogar, sobre las células madre, que son fundamentales para tantas cosas, aquí me tienen ustedes que saco a colación las células padre , que también son fundamentales, ya que gracias a ellas por la vida vamos, por eso, antes que nada y ya en tiempo de feria, como quien dice, aquí me tienen.

Quiero recibir en esta galería de domingo a nuestra Angelina Jolie, que, por si ustedes no lo saben, está tatuada. Yo también, desde hace 50 años. Ella con el nombre de un hombre al que amó, aparte de ese otro, tatuaje que tiene, según informaciones de todo de fiar, en la ingle, que solo conocen los cercanísimos, entre los que no me encuentro, y que solo se puede leer en muy determinado momentos... Pues Angelina, que es un ángel en esta tierra nuestra de arcángeles, no solo se ha vaciado los senos sino que avisa de que se va a quitar también los ovarios, para que no haya peligro de cáncer en su vida. Claro que no tiene problema con los hijos, ya que entre suyos y adoptados creo que llega a medio centenar, repartidos por sus casas y por todo el mundo... ¡Ay, cuánto me gustaría ser hijo suyo, aunque fuera adoptado, o recogido de la calle! Es la que más me gusta, y más ahora, después de hacer lo que hace y lo que está haciendo, dando ejemplo, en un comportamiento, para luchar contra el cáncer.

Y cambiando el tercio, que ya he recibido la revista, el libro casi, Córdoba en Mayo ; que cumple no sé cuántos años. Una joya llena de Córdoba, paisaje, paisanaje, fotos, colores, una delicia, y a la biblioteca como un volumen querido y deseado. Es una gloria para la vista y también para la memoria, como un patio de papel. Alegría para el cuerpo y para el alma.

Y me hablan de esa hermosa mujer que es María Auxiliadora Toledano; soprano inmensa, según los más sabios de la música, cordobesa total, que además de seguir este perol agradece las palabras que sobre ella se escriben.

Y don Jaime Ostos, qué valiente en la plaza y en la vida, que se va a casar y por lo grande en La Yerbabuena, con la doctora Grajal; que sigue siendo hermosa. Por cierto que con Ostos un día entrevisté yo a don Rafael El Gallo y a don Juan Belmonte, en el bar de los Corales de la calle de Sierpes de Sevilla. Así que otra memoria más, que por si fuera poco, el día que se dieron el sí Mari Angeles Grajal y el torero, servidor les dio una cenita fría en el hotel de los toreros, el Velázquez, en la suite presidencial. ¡Hace ya tanto tiempo, maestro!

Y que aproveche, que el próximo martes por la mañana me tendrán ustedes ahí, en un mano a mano de palabra con el genial Manuel Benítez, el Quinto Califa, en los desayunos de nuestro periódico. Una cita inolvidable, les espero, mis amigos. Y llevaré conmigo todas las células padre , y un poco de tristeza por ese amigo que se nos fue, Constantino Romero, la voz; que desde hace unos días ni rugen ya los leones de la selva profunda...