El cordobés Raúl M. Luque, profesor del departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba y codirector del grupo Hormonas y cáncer del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), junto al director de este centro, Justo Castaño, acaba de ser reconocido por la Sociedad Europea de Endocrinología en la primera edición del premio Jens Sandhal Christiansen. Este galardón ha distinguido su trayectoria científica en investigación básica sobre metabolismo, en el congreso anual que esta sociedad ha celebrado en Barcelona, la cita continental más importante sobre endocrinología y nutrición.

-¿Este premio qué méritos resalta?

-Reconoce la trayectoria científica de un investigador en el campo del metabolismo. Se concedían dos premios, uno a un médico investigador clínico y otro a un investigador básico traslacional, que es el que me ha correspondido a mí, contando para ello con el apoyo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Este galardón tiene una dotación económica de 5.000 euros y ayuda a promover un proyecto de investigación.

-¿Cómo valora haber recibido este galardón?

-Me ha proporcionado mucho ánimo y empuje para seguir trabajando en este campo, porque es grande el esfuerzo que hacemos los investigadores. Son muchas horas de dedicación. En mi caso me licencié en Biología por la Universidad de Córdoba. Hice el doctorado en Ciencias en esta misma universidad. Después me marché a Chicago como investigador posdoctoral y en el 2007 volví a la UCO como investigador Ramón y Cajal, en el departamento de Biología Celular. Y luego obtuve la plaza de profesor titular de la UCO.

-¿Por qué decidió estudiar la relación entre obesidad y cáncer?

-Durante mi etapa investigadora en Chicago me centré en el metabolismo. Al volver a Córdoba, seguí con esa línea, pero más concretamente con el estudio de la relación fisiopatológica entre la obesidad (enfermedad muy prevalente tanto en adultos como en niños) y la aparición de diferentes tipos de cáncer. La obesidad promueve la aparición de cáncer. Por esto, nuestro grupo estudia cuáles son las causas que la obesidad provoca para que se desarrollen ciertos cánceres y las que hacen además que estos cánceres sean mucho más agresivos, frente a los que padecen pacientes con un peso normal.

-¿Qué otros reconocimientos ha recibido con anterioridad?

-Obtuve una beca Marck Serono, por un proyecto de identificación de dianas moleculares en tumores de hipófisis. Y el año pasado mi grupo fue el único de Andalucía en conseguir una beca CaixaImpulse, para validar un nuevo biomarcador en cáncer de próstata, el cáncer más diagnosticado en hombres en España. También he recibido distinciones de las sociedades andaluzas, española y americana de Endocrinologia y Nutrición.

-¿En qué fase se encuentra este proyecto apoyado por la Caixa?

-Hemos descubierto un biomarcador para el cáncer de próstata y varias compañías farmacéuticas están muy interesadas en utilizarlo, ya que el biomarcador que existe en la actualidad (PSA) no es un buen marcador. Actualmente estamos comparando los análisis de nuestro biomarcador con el PSA para saber si el nuestro es mucho mejor y esperamos obtener para final de año resultados más contrastados. Este biomarcador está patentado a nivel nacional, europeo e internacional. Trabajamos mucho en buscar biomarcadores que ayuden al diagnóstico precoz de cánceres, porque muchas de estas patologías se detectan tarde al no existir biomarcadores buenos. En los últimos años hemos presentado varias patentes, fruto del trabajo conjunto entre la UCO, el Imibic y el SAS, pero el estudio más avanzado es el de próstata.