Fernando Suárez González (León, 1933), vicepresidente tercero y ministro de Trabajo en el último gobierno de Franco y miembro de la ponencia que defendió el Proyecto de Ley para la Reforma Política, diputado y eurodiputado por Alianza Popular, ofreció ayer en Córdoba una ponencia titulada Reflexiones sobre la Transición dentro del Foro Universitario Synthesis.

-Viene usted a Córdoba a hablar de la Transición en un momento en que está en tela de juicio. ¿Qué mensaje quiere trasladar?

-Voy a tratar de explicar las desviaciones que se han producido del proyecto de Transición inicial y que la historia que se está contando a los jóvenes es muy distinta a cómo fue. Eso ha generado un clima de rechazo a lo anterior que incluye ahora ya a la Monarquía. La concordia fue posible entre quienes habían participado del régimen anterior y quienes habían estado en el exilio o fuera del juego político. Se trata de aceptar la reconciliación que se pactó entre esas dos Españas, no de que ganen la guerra ahora quienes la perdieron en el año 39.

-Para muchos, la Transición fue un pacto de silencio que dejó muchas heridas pendientes de cicatrizar.

-Eso no es verdad, eso se cuenta ahora a los jóvenes que no tienen la experiencia de esos años. Se les cuenta una película muy distinta a la realidad. Ya no había heridas, se habían olvidado hacía mucho, prueba de ello es que el señor Carrillo o la Pasionaria, grandes perdedores de la guerra, no tenían ninguna factura pendiente, les habían amnistiado en 1969 y ellos tampoco pretendían imponerse.

-Sin embargo, en España no se creó una comisión de la verdad como se ha hecho en otros países.

-En aquel momento, vivían los protagonistas. Ahora asistimos a la reacción de nietos que ponen en cuestión lo que acordaron sus abuelos. Los enterrados fuera de cementerios, naturalmente, hay que enterrarlos dignamente, de ambos bandos, por supuesto, pero lo que urgía era evitar que ocurriera nada parecido nunca más.

-La Dictadura y sus crímenes sí estaban muy recientes. Quizás sea ya momento de hacer una reflexión más sosegada sobre lo ocurrido.

-Lo que he venido a explicar es la falsedad de esas visiones. En aquel momento, habían pasado cuarenta años de la guerra, que fue culpa de todos. Todos tenían mucho de lo que arrepentirse, pero la guerra no la inventó Franco, fue producto de la izquierda española, que quiso implantar la dictadura del proletariado.

-¿Entonces no hubo un alzamiento militar? ¿Me lo han contado mal?

-Hubo un alzamiento militar que fue consecuencia de que en España se trataba de implantar una república soviética. Ahora no se habla del fracaso de las elecciones de febrero del 36 ni del hundimiento absoluto de la República. Cuestionar aquello 80 años después es ganas de entorpecer la convivencia actual. Hay que hablar de futuro, no del pasado.

-¿Qué opinión le merece la Ley de Memoria Histórica?

-En lo que tiene de resarcimiento a víctimas, bien. De enterrar a los muertos como es debido, bien, pero si hablamos de reavivar la Guerra Civil, mal.

-¿Retirar nombres de calles dedicadas a figuras destacadas de la Dictadura cree que reaviva la Guerra Civil?

-¿Quiere decir retirar nombres de las calles de los que ganaron la guerra para ponérselos a quienes la perdieron?

-O a otros...

-No, no, en Madrid tiene estatua Largo Caballero, el Lenin español, y han quitado las de quienes ganaron la guerra. Eso no tiene explicación posible.

-Hubo una Dictadura que duró 40 años. Eso no está en duda, ¿verdad?

-Sí, fueron 40 años de serenidad, de paz y de progreso que hicieron posible la democracia.

-¿La democracia entonces llegó gracias a la Dictadura?

-Gracias no, pero a consecuencia de, sí. Fue el desenlace de 40 años de progreso y de clases medias que no había habido nunca en España.

-En Argentina, se abrió un proceso contra quienes fueron ministros con Franco, usted entre ellos...

-¿Va usted a creer que yo no tengo más noticia de eso que por los periódicos? Nunca me trasladaron nada.

-¿Cómo ve el conflicto catalán?

-En Cataluña se ha vulnerado la Constitución y los tribunales defienden la Constitución. Los catalanes que han gobernado han usado los poderes del Estado para actuar contra el Estado al que representan. ¿Quién ha causado esa fractura, Rajoy o Franco?