Manteniendo una tradición que se remonta a mediados del siglo XVI, Priego celebró ayer la festividad del Corpus Christi, siendo una de las pocas localidades de nuestro país que, junto a Granada, Sevilla y Toledo, mantiene esta festividad en el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, o lo que es lo mismo, sesenta días después del Domingo de Resurrección.

La jornada sirvió de colofón al programa de cultos y actos elaborado para la ocasión, en los que la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y el barrio de la Villa han sido sus dos puntos de interés. Así, mientras en el templo se ha celebrado el triduo en honor a Jesús Sacramento desde el pasado lunes, el barrio medieval de la localidad, acicalado con mimo por sus vecinos, lucía sus mejores galas para recibir a los miles de visitantes que durante la tarde-noche del miércoles y la mañana del jueves transitaron por sus angostas e inmaculadas callejas, en las que volvían a instalarse altares para el recorrido que siguió el cortejo procesional.

El desfile partía a primera hora de la mañana del templo parroquial una vez finalizada la misa y en el que, junto a la representación de las distintas cofradías y hermandades de la localidad, destacaba la participación de autoridades civiles y militares, así como la de varios cientos de pequeños que este año han recibido la primera comunión.

Junto a su paso por la Villa, el desfile procesional del Corpus tenía uno de sus puntos de mayor interés en la plaza de la Constitución, donde en las mismas puertas del edificio Consistorial y durante toda la jornada del miércoles se instaló un monumental altar de culto, así como una artística alfombra de arena coloreada, en la que tenía lugar la danza de los seises de la cofradía prieguense de María Santísima de la Soledad Coronada en honor al Santísimo Sacramento, que procesionaba en el templete que realizó en 1592 el platero granadino Luis de Beas y que alberga la Custodia portátil, dorada y decorada con relieves, de 1633 y ejecutada por el cordobés Juan de Polaíno.

Junto a los actos religiosos, los de tipo lúdico han vuelto a contar con una gran participación, particularmente los dirigidos a los más pequeños, así como la velada musical que durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves inundaron de animación la Plaza del Conde. Igualmente destacable fue la degustación de paella que se ofrecía ayer jueves, así como las actuaciones de los alumnos de canto de la Escuela Municipal de Música y Danza y el concurso de karaoke. H