-Atendiendo al subtítulo de su libro, ¿por qué no gobernó la izquierda en España?</b>

-Presiones externas y errores o ambiciones propias. Hay suficientes intrigas por el poder como para que no sea sencillo de simplificar. Lo mejor es leer el entramado de intereses y estrategias de unos y otros para sacar cada uno nuestra propia conclusión.

-Con el panorama como está, ¿gobernará algún día la izquierda?

-Veremos. Rajoy es un presidente rodeado de gravísimos casos de corrupción. Sin que parezca que hace algo, mueve hilos y va sobreviviendo. Como llega a decir Felipe González, Mariano es el único animal que avanza sin moverse. Si lo sabrá él… No hay que perder de vista el papel que representa Mariano Rajoy. Se hace el muerto o se lava las manos de cara a la galería, pero maniobra a la altura de un personaje de cine.

-A la izquierda nos la siguen dibujando con el discurso del miedo. ¿Nuestra derecha es muy ingenua o demasiado perversa?

-Aquí el miedo está siendo convenientemente agitado. Hay momentos en los que se repite machaconamente que la unidad de España está en peligro, pero luego se pactan los presupuestos o la Mesa del Congreso con los nacionalistas y no pasa nada. Ha habido fases en las que se alertaba de que Iglesias y los suyos iban a instaurar una república bolivariana. O algún ministro llega a decir que ETA quiere un acuerdo PSOE-Podemos. Hay ideas simples que se agitan para meter miedo a un pacto de izquierdas.

-En su día, Pedro Sánchez, que no tiene para nada un perfil de izquierdas, se negó a pactar con Podemos. ¿Por qué queremos pensar ahora que lo puede hacer?

-La clave es por qué Sánchez emprendió el camino de Ciudadanos y no el de una alianza de izquierdas, con algunas abstenciones. Quería salvarse y pensó que con el encargo de formar gobierno y mientras negociaran, los suyos no se atreverían a cargárselo.

-A Susana Díaz nunca le gustó Sánchez. ¿Sus diatribas solo son cuestión de poder o detrás alguien les empuja a ser quienes son?

-Sánchez es vehemente. Susana ambiciosa. Y a ellos hay que sumarles a dirigentes históricos que dicen que se han ido, pero siguen. Díaz se puso a la cabeza de una operación muy fea para cargarse a Sánchez, se le ha notado mucho y en la opinión pública es vista como la mala de la película.

-Saldada la crisis interna en Podemos, ¿ve posibilidades de entendimiento entre estas dos fuerzas?

-El tiempo lo dirá. No es exactamente lo mismo que en sus inicios. Podemos también está fracturado entre pablistas y errejonistas.

-Felipe González apostó fuerte por que Rajoy siguiera en la Presidencia. ¿Romper un partido no es un precio demasiado caro a cambio de nada?

-González podría ser valorado ahora como el gran político de la historia reciente de España, pero lo ha emborronado con decisiones feas que han desdibujado su perfil.

-Dice usted de Rajoy: «Mariano es un tipo listo que se hace el tonto». ¿No será más bien que entre nuestros políticos abunda la medianía?

-En líneas generales, el objetivo fue que hubiera algún tipo de entendimiento entre PP, PSOE y Ciudadanos. Y, al final, lo consiguieron.

-Independientemente de las presiones que pueda sufrir Sánchez como secretario general del PSOE, Susana Díaz ha quedado tocada. ¿Cómo ve su futuro en la política?

-Me dicen que intentará hacerse fuerte en Andalucía y sigue pensando que aún puede llegar su momento del salto a Madrid.

-Tiene en mente ya otro proyecto de libro e imagino que también estará pensando volver a televisión..

-Estamos preparando La Línea Roja, un programa de reportajes para Cuatro, Espasa me ha pedido que escriba otro libro, colaboro con eldiario.es, doy conferencias y también estoy pensando algunas cosas de radio.