La empresa cordobesa Singular Bread lleva por primera vez la impresión 3D a la panadería. Está dirigida por el montoreño Ildefonso Hoyo. Este modelo de impresora está causando ya furor en el sector a nivel internacional. A comienzos de 2016 abría sus puertas el obrador donde diseña y elabora sus productos. Quiere ser la empresa que abra una nueva etapa dentro del mundo del pan. Si tú puedes imaginarlo, Singular Bread puede imprimirlo. Diseñan picos con utilidad práctica y sentido estético.

-¿Qué consiguen con este método?

-Diseñar picos de pan exclusivos para la cocina de vanguardia. Está siendo la novedad de esta temporada en el mundo del catering.

-¿Cuál es el objetivo de esta impresora y dónde se puede aplicar?

-Diseñar nuevas formas y sabores para su aplicación en la gastronomía más innovadora. Ahora estamos centrados en el sector del catering, donde estamos siendo una de las novedades en esta temporada de celebraciones.

-¿Cómo surge esta idea?

-La impresión 3D se había aplicado hasta ahora a sectores relacionados con la investigación o el desarrollo tecnológico (prototipos, órganos, joyería), pero faltaba aplicar esta técnica para conseguir productos que llegasen directamente a los consumidores.

-¿Qué hace falta para que la impresión 3D llegue al gran público?

-Es necesario que podamos aprovechar la principal ventaja que aporta: la creación de productos exclusivos a un precio competitivo.

-Resulta bastante complicado en la panadería, ¿no cree?

-Puede parecer difícil innovar en un sector tan tradicional como es la panadería, más concretamente, en el caso de la elaboración de picos de pan, pues son centenares las empresas que ofrecen productos con una gran calidad.

-¿Qué ventajas ofrece?

-El pico de pan es un producto que tiene muchas ventajas. Permite la creación de múltiples recetas. Aguanta crujiente durante meses. Gusta a todas las edades. Y aún siendo un sector tan grande, la variedad de formatos es muy limitada. Todos los fabricantes utilizan la misma maquinaria y esto les lleva a desarrollar los mismos productos: grisines, colines, rosquillas o regañás..

-¿Y cómo funciona?

-El primer paso es hacer un boceto del pico. Todo empieza con un lápiz, luego un poco de plastilina y finalmente un desarrollo gracias a un software de diseño 3D. A continuación se estudia la receta.

-¿Y se puede hacer de sabores?

-Sí. Comenzamos con un sabor muy tradicional, similar al pan candeal, el pan de pueblo de toda la vida. Pero en apenas unos meses hemos desarrollado recetas para todos los gustos. Desde frutos secos a semillas, finas hierbas o aceitunas.

-¡Impresionante!

-Ya. Es que el concepto clave es la flexibilidad. Tenemos la tecnología para adaptarnos a lo que el cliente necesita, y sin añadir ningún tipo de aditivo o conservante. Usamos la última tecnología y los ingredientes más naturales. Son conceptos compatibles.

-¿Qué demuestra esto?

-En el siglo XXI llega la cuarta revolución: la industria 4.0. Con ella, la producción, tras largos rodeos, vuelve a sus orígenes, el producto individualizado. Se podrán crear objetos a la carta, diseñados por el propio consumidor, que lleguen a su casa en un tiempo y a un coste razonables. Nosotros ya caminamos en este sentido y hemos implantado una plataforma de pedidos que permite la selección del diseño y el sabor. Una vez se lanza la orden de trabajo, comienza su elaboración. Así, el 3D nos evita desarrollar costosos moldes de pan.