Hizo su primer paseíllo en el año 1989. Han pasado veinticinco y después de formarse como veterinario se ha convertido en un experto en toro bravo y trabaja de asesor técnico para Asaja

José Luis Villafuerte debutó de luces en Brazatortas. Han pasado veinticinco años y Villafuerte, que en sus años de torero activo estudiaba Veterinaria, se ha convertido en un profesional cualificado experto en el toro bravo.

--¿Cuántos años vistió de torero?

--Toreé cincuenta novilladas sin caballos y cuarenta con picadores. Actué en las principales plazas de España. Cinco veces en Córdoba y dos en la Maestranza de Sevilla, donde me retiré. Todo estaba muy complicado y la cuestión económica influyó bastante. Pero fueron diez años alucinantes. Desde entonces, me centré en mis estudios veterinarios y por amor al toro bravo me especialicé en él.

--También es esta una profesión más tranquilita.

--No crea. En los ruedos recibí tres cornadas y como veterinario una que casi me atraviesa el pecho. Iba a operar un toro y lo anestesié, pero no fue suficiente y cuando me acerqué se levantó y me lanzó por los aires corneándome.

--¿Cuál es la enfermedad más frecuente en el toro bravo?

--La lesión ocular. Para los limusine, retinto o charolés, que son de consumo, no es problema, pero para el toro bravo es terrible porque queda inutilizado para la lidia. El toro en la plaza debe tener una visión perfecta. Como curiosidad, le indico que curé al toro Bondadoso , de Domingo Hernández, que indultó Finito el 29 de mayo del 2004 en Córdoba y precisamente ahora, diez años después (5-7-2014), también Finito ha indultado en Arévalo a Sembrador , hijo de aquel toro.

--¿Está hoy el toro mejor cuidado que nunca?

--Por supuesto. Se cuida más y está mejor alimentado. La prueba es que se caen menos y embisten más que nunca. El ganadero está muy pendiente de su cuidado.

--O sea que el toro bravo tiene un amplio futuro.

--No crea. En los últimos cinco años la cabaña de bravo se ha reducido alarmantemente porque el número de festejos ha disminuido. El toro, sin la fiesta, no tiene futuro y ahora su precio ha caído en picado. Una ganadería cuesta mucho y el toro vale poco. Puede quedar como una especie en peligro de extinción.

--¿Tan fuerte ha golpeado la crisis a este sector?

--Naturalmente, la fiesta de los toros no podía escapar. La falta de ayuda oficial y lo costoso que resulta montar un festejo hacen que se esté pasando por un momento delicado.

--Tengo entendido que su afición sigue intacta. ¿Cuándo toreó la última vez?

--Hace una semana. En un tentadero.

Villafuerte, con más de 20 años de experiencia en la profesión, ha logrado obtener un reconocido prestigio como veterinario experto en el toro bravo.