La maquilladora cordobesa está nominada a su segundo Goya por su trabajo en la película Pieles, dirigida por Eduardo Casanova, después de una larga trayectoria en el maquillaje tanto en cine como en series de TV.

-¿Cómo encontró en Córdoba su vocación por el maquillaje?

-Mi madre es peluquera y a través de su peluquería pude descubrir que lo que me gustaba era el maquillaje, y estudié Estética. Entonces vi que estaba muy bien saber de la piel pero que no era lo que yo estaba buscando. Estuvo estudiando en una escuela de maquillaje pero tampoco encajaba muy bien y decidí venirme a Madrid.

-Entonces da el salto al mundo del cine y la televisión...

-Cuando llegué a Madrid, estudié en una escuela donde pude empezar a hacer prácticas y luego en una tienda de maquillaje, donde contacté con mucha gente relacionada con ese mundo. Empecé a asistir a un maquillador en moda, desfiles, editoriales y comercial de moda. Un día, en un desfile, una peluquera muy amiga me dice que en una serie de televisión buscaban una auxiliar de maquillaje y yo muy valiente le dije que sí.

-¿Cómo se consigue triunfar en este mundo?

-Con mucho trabajo y siendo muy cabezona. Siempre intento que cuando no tengo trabajo también me autodesarrollo. Creo que al final en el maquillaje hay varias disciplinas y formas de hacerlo y yo me acojo a la más artística. Tengo también un estudio propio de fotografía y lo mezclo un poco todo. Si no estoy rodando, estoy haciendo fotos.

-¿Cuál ha sido su trabajo en la película ‘Pieles’?

-Es un trabajo que muy poca gente ve porque realmente lo que más llama la atención de Pieles son todos los protésicos, que pertenecen a Óscar del Monte, que son geniales, como el personaje de Ana Polvorosa, Candela Peña o Macarena Gómez... Y nosotros hicimos otra parte del maquillaje como con Carmen Machi, los procesos de envejecimiento, tatuajes, utilizar las uñas postizas... un montón de detalles que a veces pasan desapercibidos pero que es muy bonito que sea así porque eso es señal de que tu trabajo está bien hecho. Trabajo ahí con Jesús Gil, que es el jefe de peluquería de Cuéntame; Natalia Reyes como ayudante de maquillaje, y Óscar del Monte, que se encargaba del tema protésico y ha hecho un trabajo brutal.

-¿Qué le parece Eduardo Casanova como director?

-Eduardo es brutal, tiene una mente que a mí me vuelve loca. Trabajar con él ha sido una pasada. Haciendo las pruebas de maquillaje nos dijeron que tenían que ir los personajes con la piel limpia, mostrar su vida a través de la piel, pieles rotas, con manchas, tuberosas... todo tipo de pieles. Eduardo, al que adoro y admiro, creo que va a dar mucha guerra. En Córdoba, Pieles estuvo poco tiempo, es una película un poco extraña pero muy necesaria.

-¿Cuál es el papel del maquillaje en una película?

-Yo creo que todo el mundo siente un rechazo ante un mal maquillaje pero no sabe que si hay una actriz que está llorando desesperadamente y está supermaquillada, y no se le mueve, no se descompone, no tiene vida, es como que algo le falta, y uff, pues no me la creo. La pobre, por mucho que llore, necesita ayuda para que eso fluya.. Eso es lo bonito del maquillaje, que puedes hacer que una persona esté extremadamente guapa o llevarla a la extrema destrucción, es como un trocito de su alma.

-¿Qué sintió al recibir su primer Goya por ‘Las brujas de Zugarramurdi’?

-Pues una emoción tremenda. Fue un trabajo muy difícil el que hicimos en esa película junto con mi compañero Paco Rodríguez, también de Córdoba, en peluquería. Fue algo que todavía, al día de hoy, no me lo creo.

-Ha trabajado en series de televisión como ‘Herederos’, ‘Tierra de lobos’ o ‘La duquesa’, ¿qué diferencia hay con el cine?

-Hay diferencia en cuanto a tiempos. En cine es todo más pausado y menos tiempo. Una serie son 6 meses, es mucho más intensa. Ahora está por estrenar La catedral del mar, que tiene muchísimas dificultades, con 145 actores, que es quizá más potente que alguna película que haya hecho.

-¿De qué trabajo de maquillaje se siente especialmente satisfecha?

-Pues, por ejemplo, mi primera actriz como mentora fue Concha Velasco, de la que en la serie Herederos aprendí muchísimo, me sirvió de guía. Y actrices como Michelle Jenner o Silvia Abascal me demuestran mucho.